Rememorando la destacable carrera en locución de Juan Ramón Sáenz, el famoso conductor mexicano que por mucho tiempo llenó las noches de terror con increíbles casos, con su programa “La mano peluda”, en más de una ocasión paralizó a todo México por las anécdotas que a más de uno le provocaron pesadillas y aún en la actualidad sorprende principalmente por el realismo de aquellos que se animaron a presentar su historia a todos en el programa.
Lo cierto es que dentro de toda la historia del programa, ningún caso fuera del de Clarita y el de Josué hicieron temblar tanto a todo México con los sentimientos que evocaron en la transmisión, y la desesperación de los narradores, en esta ocasión nos toca recordar al primero, en el que una madre solicitaba ayuda a Juan Ramón porque no sabía qué hacer con su hijo.
Esta es la transcripción del caso:
“Mi hijo es scout, un chico pues de lo normal con una calificación en la escuela de pues de 9, el año pasado me sacó un promedio de primer lugar y ahora todo lo que acontece en mi casa ya lo sabe, yo sé que ahorita usted no me lo va a creer, pero todo lo que... sí tocan a la puerta,él me dice mamá ábrele, ábrele que fulanita ya llegó y todavía no sabemos quién es porque no ha llegado ni a la puerta”.
“El otro día se cayó mi hermana y mi hermana vive en Cancún y este me dijo la noticia, me la dijo, yo tiré la ouija, pero no afuera del lugar, sino al tirar quiere decir que la arrojé, me dijo no lo hagas mamá, no, no te metas con ella, pasó y ahorita todas las noches lo veo despierto, casi no duerme, come muy poquito, y hace tres día mi hermano también tuvo otro problema, todo me lo notifica todo me lo dice”.
y quién dice que que no me meta con esa tabla que esa tabla es un pedazo de madera, pero ya no es igual, él tiene 15 años, medía 1.60 y ahorita ya mide 1.82 y yo me siento muy desesperada señor, porque dice muchas cosas que no le entiendo, me costó mucho trabajo comunicarme, yo le decía a él que si no quería ayudar hablaban ustedes de los scouts, y que si él quería ayudar y me dijo sí mamá.
Nos vamos a juntar mucha gente y vamos a ayudar tú no te preocupes, ya duérmete, y ahoria que me asome no me lo va a creer, está levitando, viera usted que lo he visto como medio metro elevado del piso.
El locutor: entonces ¿en este momento está levitando? Clarita: Miré él está acostado y está levantado medio metro de su cama, se que no me lo cree yo sé que nadie me lo cree, solamente yo que vivo con él y que lo estoy viendo y no sabe usted los nervios que se sienten, no sabe uno si correr o rezar, yo ya no sé que hacer, fui con un sacerdote y no me hicieron caso, dicen que esas son tonterías.
Una señora me ayudó que espíritus que no sé qué, le repito el año pasado era un año pasado totalmente no ha bajado sus calificaciones, al contrario a agudizado más su inteligencia, es más, pero lo que me tiene impresionada es ahorita, haga de cuenta que esta muerto, pero está elevado medio metro arriba de su cama, créamelo.
El locutor: Señora lo que primero necesita usted es calma, por favor, ¿viven ustedes dos solos?, doña Clarita: si vivo sola, pero le digo una cosa, salí lo más posible del teléfono a la calle, porque tengo unas ganas de salir corriendo, tengo mucho miedo, nunca había visto esto, dios mío.
El locutor: mire vamos a enviar ahorita a algunas personas Clarita interrumpe: mide un 1.82 y cada día crece más pero ya no en una forma normal, sacó el segundo lugar el año pasado en la escuela y ahora ahora no le miento le dio una clase a su maestra de matemáticas y se vino burlando porque dijo mira mamá la maestra de matemáticas se equivocó, yo le enseñé”. Sabe lo que ha hecho en la azotea se pone como un péndulo de un lado a otro.
Yo no sé qué hacer los amigos que tenían, ya no se juntan con él,¿Qué hago señor? perdóneme estoy muy nerviosa.
Locutor: no, no ,no por supuesto que debe estar muy nerviosa sobre todo porque es su hijo y lo ve que está en problema lo que le ha sucedido es que por estar trabajando con la ouija alguien se introdujo a ese cuerpo y ahora lo usa a él.
Clarita: No me hace nada. Locutor: Pero la atención en que usted está los nervios que usted está es capaz de que sea mal la que usted termine y no él.Entonces yo le suplico que le calme, en este momento nos están escuchando nuestros amigos de justicia y bienestar social, nos da usted su domicilio por favor.
Clarita: si como no, espérate mijito, espérate locutor: ¿Ahí esta su hijo? Clarita Sí, es que no me lo cree, no me lo cree, no me lo cree, está caminando sin pisar, esto nadie me lo cree, nadie me lo cree.
Así fue como terminó el caso de Clarita, de quién no se supo nada, tras la llamada, pero quedó grabada su llamada como uno de los relatos más tenebrosos del programa.