El periodista Carlos Loret de Mola, en su columna Historias de reportero de este jueves, titulada La renuncia de la gobernadora, la cancelación del Tren Maya, habló sobre qué haría el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) si él estuviera del lado de la oposición y se estuviera haciendo lo que se hace en su administración.
Para Loret de Mola, AMLO ya habría pedido la renuncia algunos altos funcionarios, y hasta la del presidente, por la situación que pasa el país. Recuerda la situación de violencia que se vive en Guerrero, donde los narcotraficantes torturan y golpean a los transportistas para que les paguen derecho de piso. Los transportistas, hartos de las extorsiones, hacen paro de labores, recuerda.
Señala que Chilpancingo, Iguala y Taxco se vuelven pueblos fantasmas, sin transporte público, comercios ni escuelas. También recuerda el reciente episodio en el que un estudiante de Ayotzinapa fue asesinado, y el gobierno trata de encubrir el crimen criminalizando al estudiante, sin embargo, se descubrió que en realidad lo asesinó un policía estatal que posteriormente se fugó. Por dicha fuga, señala, entraron en conflicto la Fiscalía de Guerrero y la Secretaría de Seguridad estatal. Recuerda las recientes protestas en las que hubo, quema de vehículos, retención de guardias nacionales y ataques a edificios públicos. Además, a diario hay ejecuciones, y el periodista resalta una: la de Joaquín Alonso Piedra, El Abulón, exsuegro de la gobernadora de Guerrero, quien fungía como puente entre el crimen organizado y el grupo político. “¿Y el presidente?”, se pregunta Loret. “Lloriqueando porque unos estudiantes con resorteras y piedras dieron portazo en su Palacio Nacional”, se auto responde.
Asegura que Guerrero es un estado fallido.
Además, Loret señala que AMLO, en caso de no estar en el poder, ya hubiera prometido que de llegar a la presidencia haría una consulta para cancelar el Tren Maya, pues diría que se trata de un ecocidio infectado de corrupción con el riesgo de causar una tragedia.
Explica que el Tren Maya comenzó siendo un proyecto destructor del medio ambiente. Después, se habría convertido en una caja chica del gobierno para tener a algunos poderosos empresarios en el bolsillo, a cambio de jugosos contratos. Dice que esa obra insignia se convirtió en el emblema de la mala planeación en este sexenio, pues costó el triple de lo que se había dicho, se queda parado por horas y muy poca gente lo utiliza.
“Y terminó exhibido como el gran botín de los hijos del presidente López Obrador, cuyos primos e íntimo amigo reciben contratos multimillonarios como proveedores de materiales de construcción que ellos mismos confiesan en conversaciones telefónicas que no pasan los controles de calidad y que “cuando se descarrile el Tren, ya va a ser otro pedo”, se lee en la columna.
Concluye la entrevista señalando que el Tren Maya “es corrupción que mata”.