María Elena Ríos Ortiz, nacida en 1993 en Santo Domingo Tonalá, Oaxaca, y con raíces mixtecas, es una saxofonista mexicana cuya vida cambió drásticamente tras sobrevivir a un intento de feminicidio, debido a un ataque con ácido. Este evento no solo transformó su vida personal y profesional, sino que también la impulsó a convertirse en una destacada activista contra la violencia de género.
Su activismo ha trascendido más allá de las repercusiones físicas y emocionales del ataque, abordando también el ámbito judicial y legislativo. Ríos ha jugado un papel crucial en la reclasificación de su caso, pasando de ser considerado como lesiones a reconocerse como intento de feminicidio, sentando un precedente en el tratamiento judicial de casos similares.
Además de sus esfuerzos para cambiar la percepción judicial, María Elena Ríos ha impactado significativamente en el ámbito legislativo. Colaboró con la diputada Marcela Fuente Castillo y otras activistas y sobrevivientes de ataques con ácido para promover la Ley Ácida o Ley Malena, que busca clasificar la violencia ácida como una forma de feminicidio.
Esta iniciativa legislativa obtuvo un notable avance el 9 de marzo, cuando la Cámara de Diputados de México aprobó unánimemente sanciones de entre siete y quince años de cárcel para quienes causen lesiones mediante ácido, extendiendo las penas hasta 22 años en casos donde las víctimas sean mujeres, personas con discapacidad o menores de edad.
Su labor no solo ha tenido repercusiones legales, sino que también le ha valido reconocimientos importantes. Fue incluida en la lista de las 100 mujeres más poderosas de México por Forbes y recibió el Premio Coatlicue del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura en marzo de 2023.
Además, el Instituto Nacional Electoral le concedió el registro como candidata suplente a una diputación federal, destacando su situación de desplazamiento interno forzado a causa del ataque que sufrió. Este reconocimiento enfatiza la necesidad de proteger y promover los derechos de las víctimas de violencia, asegurando su participación activa en la esfera pública y política del país.
El compromiso de María Elena Ríos con la causa contra la violencia de género ha tenido un impacto tangible en la legislación mexicana, ofreciendo esperanza y visibilidad a otras víctimas, y trazando el camino hacia la justicia y reparación del daño. Su historia resalta la importancia de la resiliencia y el activismo en la lucha contra la violencia de género.
Ahora, en el proceso electoral de 2024, Ríos busca una diputación federal por la tercera circunscripción, un paso más en su compromiso por defender y apoyar a las víctimas de violencia de género.
Su candidatura simboliza no solo su lucha personal, sino también el anhelo de representar y promover cambios significativos a nivel nacional para enfrentar este flagelo.
La trayectoria de María Elena Ríos, desde sus inicios como saxofonista hasta convertirse en una activista y figura política, es un testimonio inspirador de cómo se puede transformar el dolor en una poderosa fuerza de cambio, reafirmando el papel crucial de las mujeres en la lucha por una sociedad más justa y equitativa.