Recientemente han sido lanzadas diversas canciones por parte de los candidatos presidenciales, esto rumbo a las elecciones del 2024 en México. La música es uno de los elementos más poderosos que los partidos continúan utilizando en sus campañas para acercarse a la gente y contar así con su voto.
Ante el panorama electoral, es inevitable que los mexicanos recuerden los temas que pasaron a la historia por mostrar sin inhibición alguna, su inclinación hacia ciertos partidos. Tal fue el caso de Juan Gabriel, uno de los iconos más grandes de la música mexicana, quien compuso un tema titulado “Ni Temo, Ni Chente”; el cual fue interpretado para apoyar la campaña del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones del año 2000.
En ese sentido, dicha adaptación habría sido utilizada con fines políticos, buscando resonar con el electorado a través de la popularidad y el cariño que Juan Gabriel despertaba en el público. Precisamente el uso de la canción en el contexto político ejemplifica la manera en que la música popular puede ser empleada en campañas, al intentar establecer una conexión emocional con los votantes.
El spot salió a la luz bajo el título de “Ni Temo, Ni Chente” (refiriéndose a Vicente Fox y Cuauhtémoc Cárdenas), en el cual aparecía El Divo de Juárez ataviado con una camisa blanca, traje de vestir en color negro y una corbata rojo quemado. Acompañado de mariachis Juan Gabriel, entonaba este fugaz himno con el cual hacía referencia al triunfo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) con su candidato de ese entonces, Francisco Labastida Ochoa.
Incluso se sabe que Juanga llegó a cantarla en vivo, durante su concierto en el Festival de Acapulco.
“Ni Temo, ni Chente, Francisco va a ser el presidente. Ni el PRD, ni el PAN, el PRI es el que va a ganar”.
Durante las elecciones presidenciales en México del 2000, los principales candidatos fueron Vicente Fox Quesada, representando a la Alianza por el Cambio, una coalición liderada por el Partido Acción Nacional (PAN). Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, por los partidos centro-izquierda encabezada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Y Francisco Labastida Ochoa, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) quienes habían mantenido la presidencia de México de manera ininterrumpida durante 71 años.
Este proceso electoral es especialmente recordado por resultar en la primera derrota del PRI, pues iniciaría el periodo de gobierno del Partido Acción Nacional (PAN) en México, con Vicente Fox Quesada asumiendo el cargo de la presidencia el 1 de diciembre de 2000. Marcó un hito histórico en la vida política de México, ya que vinieron una serie de cambios importantes en la historia contemporánea del país.