¿Cuánto contamina la Refinería de Cadereyta? Estas son las cifras y los daños que provoca esta planta de Pemex

La intensa contaminación en la Zona Metropolitana de Monterrey no es un problema reciente ni un compromiso de campaña nuevo. Ya desde hace varios años, algunos candidatos a alcaldes, a gobernadores y hasta presidenciales han prometido el cierre de la Refinería de Cadereyta debido a la cantidad de emisiones que despide y que no sólo afecta a los habitantes de Nuevo León, sino a los de estados vecinos, como Coahuila.

2024 es año de elecciones, las más grandes en la historia de México y el tema de la cuestionada planta de Petróleos Mexicanos (Pemex) nuevamente aparece en los planes de gobierno de los presidenciables, al menos en el del emecista Jorge Álvarez Máynez y de la aspirante de la alianza opositora Xóchitl Gálvez Ruiz, quienes durante los primeros días de sus respectivas campañas se han pronunciado en favor de cerrarla ante el aumento de la contaminación y de las enfermedades respiratorias y hasta muertes derivadas de las mismas.

Es importante mencionar que actualmente la planta está clausurada por decisión del Gobierno de Nuevo León, comandado por Samuel García Sepúlveda, quien de hecho llevaba al menos cuatro años tratando de cerrarla ‘simbólicamente’, ya que como senador lo intentó, aunque no fue bien recibido por los trabajadores de Pemex. Sin embargo, es una refinería propiedad de la paraestatal, por lo que la decisión final recaería en el Gobierno de México, lo cual en estos momentos es poco probable que ocurra, ya que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha defendido su operación debido a que forma parte de su plan para lograr la autosuficiencia energética, y si bien desde hace cuatro años prometió darle mantenimiento para reducir la cantidad de emisiones, a la fecha esto no se ha concretado.

Tanto Jorge Álvarez Máynez como Xóchitl Gálvez han prometido cerrar la planta en caso de llegar a la Presidencia y se comprometieron a no dejar en el abandono a sus trabajadores. La abanderada de los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Revolucionario Institucional (PRI) explicó en febrero pasado durante una conferencia de prensa que la contaminación en Monterrey y zonas aledañas a causa de la Refinería de Cadereyta es algo real y explicó que en nuestro país hay cuatro posibles fuentes de emisión de óxido de azufre al ambiente:

1. Las refinerías y centros procesadores de gas amargo, cuando las plantas de captura de azufre no están trabajando adecuadamente
2. La quema de gas amargo a la atmósfera
3. La quema de combustóleo
4. La quema de carbón con alto contenido de azufre

“En en área metropolitana de Monterrey, sólo son posibles la primera y la tercera opción, y sólo puede ocurrir en Cadereyta, porque la refinería además de tener sus plantas recuperadoras de azufre fuera de servicio, es la única empresa en toda esa región que utiliza combustóleo en todos sus procesos”, advirtió la panista.

Antes, el candidato presidencia de Movimiento Ciudadano (MC), Jorge Álvarez Máynez, ya se había pronunciado en favor de someter a consulta la operación de la refinería, de hecho, una de sus últimas acciones como coordinador de la bancada naranja en la Cámara de Diputados fue precisamente presentar una iniciativa de ley para poner a consideración de la ciudadanía la continuidad de la planta; ahora que su competidora se ha subido al mismo tema, el emecista consideró que ésta le copió la propuesta pero celebró que sea un tema de agenda común.

Desde diciembre del año pasado, el Sistema Integral de Monitoreo Ambiental de Nuevo León ha reportado prácticamente todos los días una mala calidad del aire en la Zona Metropolitana de Monterrey. “Es absurdo que se ponga en juego la salud de nuestros niños y niñas por la obstinación de mantener una fuente de energía del pasado. La Refinería de Cadereyta es una de las principales razones por las que tenemos varios días del año fuera de norma y respirando aire sucio”, sentenció hace unos días Samuel García.

De acuerdo con el colectivo Un minuto para la Naturaleza, esta refinería es responsable del 94 por ciento de las emisiones de dióxido de azufre (SO2) “y ha generado eventos contaminantes sin integrarse al Plan Integral de Gestión Estratégica de la Calidad del Aire”, además, éste es “un gas tóxico responsable de aumentar el número de muertes diarias en 2.4 por ciento”, advirtió a su vez el Comité Ecológico Integral hace apenas unos días.

Este gas irrita e inflama el sistema respiratorio, generando afecciones e insuficiencias pulmonares, alteración del metabolismo, dolor de cabeza y ansiedad; en el ambiente daña la vegetación , degrada la clorofila, reduce el proceso de fotosíntesis y puede propiciar la pérdida de especies; mientras que en los edificios suele causar daños debido a que se convierte en ácido sulfúrico al entrar en interacción con el vapor de agua y otros elementos que se encuentran en la atmósfera, de acuerdo con un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aunado a lo anterior, el dióxido de azufre es precursor de la formación de sulfato amónico, una sal que propicia la formación de partículas contaminantes causantes de contingencias. Por ejemplo, en la Zona Metropolitana de Monterrey, la Refinería de Cadereyta emite directamente el 8 por ciento de las partícula PM10, el 6.4 por ciento de las PM2.5 y 2.8 por ciento de los óxidos de nitrógeno del total emitido por la industria, según datos del Observatorio Ciudad de la Calidad de Aire.