Estos eran los feudos en Badiraguato para la siembra de droga, según Diego Enrique Osorno

El periodista, Diego Enrique Osorno, en su libro ‘Bienvenido a Sinaloa’, escribió sobre la siembra de marihuana y adormidera, la cual era trasladada desde la ya mencionada entidad norteña hacia Estados Unidos, esto a través de la frontera de Nuevo Laredo, al ser otros tiempos, cuando el Cártel de Golfo no tenía cubierta esa zona.

Jorge Moreno Chauvet, conocido como ‘El Rey de la Heroína’, fue uno de los principales traficantes de drogas en México, la cual tenía otro método de traslado, al ser otras épocas y tener la presencia de poderosos cárteles como en la actualidad.

“Según el informe de esos años, los feudos de la droga en Badiraguato eran Cañón de Paredes Bocaragua, Cañón de la Vainilla, Barranco de Otatita, Barranco el Rincón, Barranco de Agua Caliente, Barranco El Chipel, Barranco las Tranquilitas, Barranco Guamúchil, Arroyo Soledad, Barranco el Bruco, Arroyo Bamopa, Barranco Naranjitos, Barranco Lasarillas, Barranca El Toro, Arroyo Tecoripa, El Cerrito, Barranco de San Pedro, Barranco de Santa Rosalía, Arroyo Batocomilo, Rancho los Algodones, Arroyo Guajolote, Ladrillera y Arroyo de San Antonio”, se lee en el libro ‘Bienvenido a Sinaloa’, de Diego Enrique Osorno.

Datos revelados por las autoridades, indican que las zonas más utilizadas en Badiraguato para siembra de droga estaban Cañón de Paredes Bocaragua, Cañón de la Vainilla, Barranco de Otatita, Barranco el Rincón, Barranco de Agua Caliente, Barranco El Chipel, Barranco las Tranquilitas, Barranco Guamúchil, Rancho los Algodones, Arroyo Guajolote, Ladrillera y Arroyo de San Antonio, entre otras zonas.

Cabe destacar que en Badiraguato se volvió una práctica común para los habitantes, el sembrar drogas para después vendérselas a un capo, quien cuente con la infraestructura para hacerla llegar a Estados Unidos.

Jorge Favela, Eduardo Fernández y Pedro Avilés Pérez, eran los encargados del negocio en Sinaloa, donde comenzaban a sembrar, además de traficarla hacia Estados Unidos, siendo quienes fincaron las bases para que el Cártel de Sinaloa comenzara a operar a finales de los años 80.

“Durante esos años, el complejo mundo de las drogas se reduce a los nombres de algunos cuantos, quienes son el antecedente de lo que luego serían los capos, se mencionan los nombres de Jorge Favela, Eduardo Fernández, apodado ‘Don Lalo’ y Pedro Avilés Pérez, quienes se encargan del negocio, un término que hasta ayer y hoy, es uno de los eufemismos más comunes para referirse al tráfico de drogas”, narró el autor.