El equinoccio marca el inicio de la primavera y es uno de los fenómenos más esperados del año. Se trata del momento en que el Sol pasa directamente por encima del Ecuador. En el hemisferio Norte ocurre alrededor del 21 de marzo, específicamente en 2024 está previsto para el 19 de marzo entre las 21:04 y 21:06 horas.
En México es común que miles de personas se reúnan en zonas arqueológicas mayas para presenciar el equinoccio y Chichen Itzá es sin duda la ciudad prehispánica más popular para disfrutar el inicio de la primavera, debido al espectáculo de luz y sombra que ocurre antes de la puesta de Sol sobre la balaustrada norte de El Castillo.
Sin embargo, no es el único sitio arqueológico concurrido por turistas nacionales e internacionales en esta época del año. Ya sea para evitar las multitudes de Chichen Itzá o para disfrutar de otros atractivos, algunas personas optan por lugares como Dzibilchaltún, ubicada también en Yucatán y que es escenario también de un espectáculo único en su tipo.
Desafortunadamente Dzibilchaltún estará cerrado en el equinoccio 2024, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Derivado de los trabajos que se están realizando en la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún para ofrecer un mejor servicio al público visitante, por esta ocasión no podrá ser visitada para el Equinoccio, Lamentamos las molestias que esto pueda ocasionarles”, informó a través de redes sociales.
Dzibilchaltún, conocida como “lugar donde hay escritura en las piedras planas” por su traducción del maya al español, es un espacio de gran valor histórico por su larga ocupación desde el Preclásico Tardío hasta el Posclásico Tardío.
Según estimaciones del INAH fue uno de los asentamientos más grandes de la costa norte de la península de Yucatán, la cual llegó a abarcar 16 kilómetros cuadrados.
El encanto de Dzibilchaltún en el equinoccio
Chichen Itzá no es el único sitio arqueológico maya en el que ocurre un inusual hecho durante el equinoccio. En Dzibilchaltún en el Templo de las Siete Muñecas el sol atraviesa el edificio y brilla en su puerta.
Por un momento el disco celeste queda al centro de la puerta dando paso a un espectáculo de luz y sombra en la fachada poniente.
El templo que es escenario de este inusual evento durante equinoccio es único en su tipo en el área maya. Se trata de una edificación que data de finales del Clásico Medio (alrededor del año 750), la cual tenía función astronómica y calendárica, según sugiere su tipología arquitectónica y alineación con los cuatro puntos cardinales.
Su nombre, Templo de las Siete Muñecas, hace referencia a la ofrenda de siete figuras de barro con forma humana que fueron encontradas en su interior.
Dzibilchaltún es reconocido también por sus impresionantes estelas talladas, en la que destaca la número 19, considera una obra maestra del arte escultórico maya.
También cuenta con varios cenotes, entre los cuales destaca el más grande, de nombre Xcalah, en el que fueron encontrados objetos rituales utilizados para el autosacrificio, que fue una práctica impulsada por la creencia de que los cuerpos de agua de este tipo eran portales de acceso al inframundo.
Un segundo cenote que atrae la atención en Dzibilchaltún es Xlakáh, el cual tiene aguas cristalinas cubiertas de lirios que flotan en la superficie. En él fueron localizadas piezas arqueológicas, principalmente vasijas.
Otros edificios dignos de visitar en la zona arqueológica son su capilla abierta, el templo parado, la zona de juego de pelota y las estructuras 46, 48, 36 y 44.