El Hotel Belmar es uno de los lugares donde se registró un suceso que cambió el rumbo de Sinaloa, pues el peligros sicario Rodolfo Valdez, ‘El Gitano’ terminó con la vida del gobernador de Sinaloa, Rodolfo T. Loaiza.
Derivado de ese suceso, las autoridades municipales de Mazatlán, habilitaron el sitio como un lugar turístico, en él cuentan la historia mientras hacen recorridos en las inmediaciones del hotel.
Este hecho tuvo lugar en 1944, cuando se realizaba el Carnaval de Mazatlán, provocando que se desatara el caos, mientras que del agresor no se supo nada en el momento.
“El Hotel Belmar sigue abierto, el magnicidio se ha convertido en un elemento turístico más del sitio, como otros hechos violentos sucedidos en la ciudad, en 2009, la administración municipal de Mazatlán, promociona el hotel de esta forma, ‘uno de los sucesos más famosos ocurridos en el Hotel Belmar, fue el artero crimen cometido durante las fiestas de carnaval de 1944, del Gobernador del Estado, el coronel Rodolfo T. Loaiza, a manos de un asesino a sueldo oriundo del poblado de Agua Caliente de Gárate’”, se lee en el libro ‘Bienvenido a Sinaloa, de Diego Enrique Osorno.
Por el lado del autor intelectual, esto resultó desconocido, pues ‘El Gitano’ nunca dio más información hasta su muerte, en el año 1963 a la edad de 58, pasando a la historia como uno de los sicarios que se atrevió a asesinar a un gobernador de la entidad.
‘El Gitano’ se arrepintió de asesinar al gobernador de Sinaloa
Rodolfo Valdez confesó a sus allegados que se arrepintió de asesinar al gobernador de Sinaloa, al afirmar que el coronel Loaiza lo ayudó en repetidas ocasiones, incluso hasta le llegó a dar dinero.
De acuerdo con el periodista Diego Enrique Osorno, el mandatario estatal le perdonó el asesinato de una amante que tuvo en el pueblo de Urías, misma que asesinó cuando se encontraba bajo los influjos del alcohol.
“El Gitano se arrepintió de la misión que tenía encomendada, ‘a mí me ha hecho favores el viejo, una vez hasta me regaló dos mil pesos, me ha tratado bien’, decía según testigos. Uno de los favores que le habían hecho desde el Gobierno, fue perdonarle la pena por el crimen de una amante que tuvo en el pueblo de Urías, a la cual asesinó borracho en una parranda que parecía no terminar nunca”, se lee en el libro ‘Bienvenido a Sinaloa’.