“Ratas voladoras que transmiten enfermedades”: mito o realidad de las palomas

Paz, amor, esperanza, protección, compasión, sabiduría, esperanza y conexión con lo divino son algunos de los simbolismos con los cuales se identifica o se vincula a las palomas

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Las palomas pueden aprender de
Las palomas pueden aprender de sus errores para saber tomar decisiones. (Unsplash)

Paz, amor, esperanza, protección, compasión, sabiduría, esperanza y conexión con lo divino son algunos de los simbolismos con los cuales se identifica o se vincula a las palomas.

Sin embargo, hay detractores que señalan a dichas aves como peligrosas al considerarlas como “ratas voladoras” transmisoras de enfermedades.

Aves de plaza

Su despreocupada presencia a nuestro alrededor e incluso alimentarlas se ha convertido para muchos en algo habitual en plazas y parques; también son las causantes del desagrado colectivo cuando vemos sus heces en las marquesinas de los edificios o ventanas de las casas.

Su excremento contiene ácidos, entre ellos úrico, fosfórico y nítrico, además contiene oligoelementos útiles N y P, y vitaminas del grupo K, razón por la cual es sumamente corrosivo, deteriorando rápidamente las estructuras y materiales, pero altamente apreciado por agricultores para usarlo como abono en sus tierras.

Enfermedades que transmiten

Es necesario tener en cuenta que no se habla de que sean un riesgo latente o de causar pánico; las situaciones de contagio son muy específicas y, en ocasiones, poco probables.

Cabe aclarar, que quienes son más propensos a infectarse de las siguientes enfermedades son todas aquellas personas con inmunidad debilitada, baja en sus defensas, es decir, con su sistema inmunológico mermado, como pacientes con sida o aquellos que han recibido algún tipo de trasplante, sólo en esos casos puede resultar de gravedad y conducir a la muerte.

  • Criptococosis. El Crytococcus neoformans es un hongo que se localiza en el excremento de las palomas, aunque el reservorio, donde se aloja, es el suelo. La transmisión se produce por inhalación de levaduras parecidas a los hongos, aunque puede ocurrir ocasionalmente por ingestión y suele ser resultado de un contacto directo con los nidos. Al respirar el hongo entra por la vía respiratoria y llega a los pulmones, donde puede generar la infección o diseminarse.
  • Salmonelosis. Los excrementos de las palomas pueden ser una vía de infección de la salmonela, una infección bacteriana que puede llegar a través de alimentos contaminados e incluso por la ropa tendida; el cuadro que provoca es de fiebre, diarrea, náuseas, vómitos y dolor abdominal.
  • Clamidiosis. La bacteria Chamydia psittaci es la responsable de la psitacosis, enfermedad habitualmente transmitida por loros, periquitos y papagayos, aunque también las palomas pueden ser infectadas y convertirse en transmisoras provocando en el hombre cuadros similares a la neumonía y a la gripe e incluso dolencias digestivas, penetra en el organismo a través de las vías respiratorias y se propaga por el torrente sanguíneo para invadir el pulmón, el bazo e hígado.
  • Alveolitis alérgica/Neumonitis). Es una reacción alérgica, una hipersensibilidad a las plumas y al polvo fecal de las palomas y se produce por una exposición continua de un individuo a estas aves. Provoca la inflamación de los alveolos, de la parte externa, de los pulmones; los síntomas son tos, dificultad para respirar, fiebre y escalofríos. Se puede confundir con un resfriado.
  • Histoplasmosis. Enfermedad respiratoria que se manifiesta con un severo daño pulmonar acompañado de escalofríos, fiebre, tos y dolor en el pecho, es causada por un hongo (o moho) llamado histoplasma y se produce por la inhalación de las esporas del hongo que se encuentra a menudo en los excrementos de los pájaros y de los murciélagos.
Imagen de una paloma (Rajesh
Imagen de una paloma (Rajesh S Balouria/Pexels)
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