La Secretaría de Educación Pública (SEP) en México enfrenta un nuevo desafío en el ciclo escolar del 2024, ya que se aproxima el eclipse solar total más significativo en los últimos 300 años, programado para el próximo 8 de abril.
Además de las condiciones climáticas y la continua lucha contra la propagación de enfermedades, la SEP se ve obligada a considerar la suspensión de clases debido a los posibles efectos secundarios que podría tener este fenómeno astronómico en los estudiantes de todos los niveles.
El secretario de Educación estatal, Ulises Adame, anunció que en Durango, diversos municipios como La Laguna, Nazas, Gómez Palacio, y Lerdo, junto con instituciones educativas como el Centro Mexicano Francés del Conalep en Gómez Palacio, no tendrán actividades escolares el día 8 de abril.
Esta decisión se basa en la preocupación por la seguridad de los estudiantes frente al eclipse solar total, ya que se advierte que mirar directamente al fenómeno podría provocar daños en la retina debido al anillo de fuego que se forma.
Espacio donde prevalecerá el eclipse solar total
En el norte del país, donde el eclipse solar total se podrá apreciar en su totalidad, la suspensión de clases se vuelve una posibilidad latente. Aunque pocas autoridades locales no han confirmado la medida, la escuela de La Laguna en Durango ya ha adoptado precauciones preventivas para los estudiantes, reconociendo la importancia de salvaguardar su salud visual ante este evento astronómico único.
Coahuila y Nuevo León son algunos de los estados que también tendrán la oportunidad de presenciar el eclipse solar total en su máxima expresión. Sin embargo, las autoridades locales aún no han revelado si se unirán a la decisión de suspender las clases el 8 de abril.
La incertidumbre genera debate entre la comunidad educativa y los padres de familia, quienes buscan un equilibrio entre el interés educativo y la seguridad de los estudiantes.
La advertencia sobre la prohibición de mirar directamente al eclipse solar total destaca la importancia de concientizar a la población sobre los riesgos para la salud visual.
Mientras tanto, la comunidad educativa y las familias deben mantenerse atentas a las actualizaciones y directrices adicionales que se emitan en los próximos días, esperando que se encuentre una solución que priorice la salud y el bienestar de los estudiantes.