A partir de la segunda mitad de febrero, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) activó la fase 1 de contingencia ambiental durante cuatro días consecutivos, a causa de elevados niveles de ozono en el aire. Este fenómeno, perjudicial para la salud pública, especialmente para el sistema respiratorio, se presentó como resultado de la acumulación de contaminantes en la atmósfera.
La problemática ambiental señalada se asocia comúnmente a la “Temporada de ozono”, caracterizada por un clima seco y la presencia de corrientes de aire intenso. Estas condiciones meteorológicas, junto con la ausencia de lluvias, facilitan la concentración de partículas contaminantes derivadas de actividades humanas, exacerbando los efectos nocivos del ozono sobre la población.
La temporada de ozono es ocasionada por la temperatura y la contaminación
La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) experimenta la temporada de ozono durante los meses de febrero a junio, situación que resulta en una concentración más alta de contaminación en la atmósfera. Este fenómeno es causado por la combinación de escasez de vientos, baja humedad y fuerte radiación solar, elementos que dificultan la dispersión de este gas, de acuerdo con la CAMe.
El proceso de formación de ozono involucra la reacción química de compuestos orgánicos volátiles y óxidos de nitrógeno, ambos productos de actividades humanas cotidianas como la combustión de combustibles fósiles, el uso de productos de limpieza, pinturas y tintas. Específicamente, los óxidos de nitrógeno son emitidos en gran medida por los automóviles, lo que resalta la importancia del tráfico en el Valle de México como contribuyente principal a esta problemática ambiental, explica la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema).
Esta situación ambiental compromete la calidad del aire y afecta la salud pública, lo que empeora los problemas respiratorios entre la población. La persistencia del ozono en el aire ha ocasionado la implementación de medidas más estrictas en términos de regulación de emisiones y de promover hábitos de consumo más sostenibles entre los habitantes del área metropolitana. La atención hacia este tema se ha intensificado en años recientes. Los programas como el Hoy No Circula y otras iniciativas destinadas a reducir la emisión de contaminantes son resultado de este fenómeno.
Así afecta a la salud la temporada de ozono
El ozono, un componente del aire que en altas concentraciones puede ser perjudicial para la salud, afecta al sistema respiratorio y podría reducir la función pulmonar, afectando especialmente a niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias preexistentes. La CAMe indica que la exposición prolongada al ozono incrementa los riesgos de padecer bronquitis, enfisema pulmonar, afectaciones cardiovasculares, e incluso la muerte prematura en casos extremos. Estos hallazgos son de especial relevancia durante la denominada temporada de ozono, período en el cual se reportan niveles elevados de este gas en la atmósfera.
Los efectos del ozono en la salud también pueden provocar cefaleas, alteraciones en el sistema inmunológico y agravar condiciones como el asma. Esta problemática se ve acentuada en grupos vulnerables, incluyendo infantes y adultos mayores, así como en individuos con antecedentes de padecimientos del corazón y los pulmones. La susceptibilidad incrementada en estos grupos hace necesaria la implementación de medidas preventivas y de monitoreo durante los meses en los que la concentración de ozono supera los niveles considerados seguros para la salud humana.