En la Edad Antigua, especialmente con las civilizaciones que habitaron lo que hoy es Grecia, se dividían las figuras divinas en dos: los dioses que mayormente eran “señores” de las emociones y cosas intangibles como la muerte, la sabiduría, la sexualidad, las artes, etcétera y por el otro lado estaban los titanes que reinaban en la Tierra desde mucho antes y que eran las representaciones de la fuerza de la naturaleza como los huracanes, los temblores y el más fuerte de todos que era el tiempo pues “todo lo devoraba”.
Entre ellos estaba el titán que regía por sobre los volcanes y que su ira ocasionaba la erupción de los mismos, según algunas de las historias que han llegado hasta nuestros días y que se preservaron en un principio de manera oral por lo que pueden ser diferentes a las originales.
Sin embargo, esto deja en claro el respeto y el temor que tenían las primeras civilizaciones ante este tipo de fenómenos naturales y que se ha mantenido hasta nuestros días. Para ejemplificarlo mejor tenemos el caso más reciente del volcán Popocatépetl que presentó una actividad elevada generando sismos volcanotectónicos y una gran cantidad de ceniza que afectó la CDMX y otros municipios del Estado de México.
A pesar de que el Semáforo de Alerta Volcánica se mantiene en Amarillo Fase 2 múltiples personas comienzan a sentir miedo por el hecho de que piensan que pudiera entrar en erupción o causar un sismo de gran magnitud que cause devastación en las zonas cercanas al Popocatépetl; sin embargo, lo mejor que podemos hacer como población civil ante una erupción es mantenernos informados y saber cómo actuar ante este tipo de fenómenos geológicos.
De acuerdo con las recomendaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lo primero que se debe realizar es mantener la calma. Una de las indicaciones, en caso de que se presente una erupción, es estar al tanto de las alertas y a los comunicados de las autoridades quienes deben ser los encargados de informar a la población de cualquier acción a tomar.
En caso de que se deba evacuar, si se tienen los medios, hacerlo por su propia cuenta, sino es posible, debe reunir a la familia llevando sólo lo indispensable como papeles de identificación (acta de nacimiento, CURP, INE, documentación médica, entre otros). Cerrar puertas y ventanas del inmueble y buscar un refugio temporal.
Otra de las acciones a tomar es buscar un refugio, de acuerdo con la UNAM, puede ser una escuela o alguno de los temporales que montarían las autoridades en caso de una erupción. Si no es posible localizar un refugio se debe proteger nariz y boca, así como los ojos. Puede utilizar un cubrebocas o una tela húmeda evitar el paso del gas y del polvo volcánico.
Se debe mantenerse lejos de valles y cañadas pues por ahí podrían bajar flujo de lodo, ceniza acumulada e incluso lava. Además se debe evitar a toda costa cruzar ríos por los puentes pues podría aproximarse lodo, lava o escombros poniendo en riesgo la integridad y la vida de las personas.
Qué es una erupción
De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) una erupción es cuando bajo un volcán se acumulan piedras muy calientes que se convierten en magma. La presión y la temperatura ocasionan la generación de gases y vapores que impulsan la salida de estos “materiales” en forma de lava o ceniza.
Hay dos tipo de erupciones, una de ellas es cuando el magma sale lentamente desde el cráter y la segunda es más violenta pues explota y produce grandes cantidades de cenizas, gases, así como arrojar piedras a cierta distancia del cráter.