El municipio de San Miguel Totolapan, en Guerrero, fue el escenario de un enfrentamiento armado entre Los Tlacos y La Familia Michoacana que se registró el 17 de febrero. Cinco días después de la confrontación (que dejó un saldo de al menos 12 muertos), el sacerdote Filiberto Velázquez anunció una tregua entre ambos bandos para reestablecer la paz en la entidad.
Éste no ha sido el único pacto que Los Tlacos han establecido con otras células criminales en territorio guerrerense. Antes de 2020, el también llamado “Cártel de la Sierra” formó vínculos con al menos dos agrupaciones para controlar la zona serrana del estado.
De acuerdo con el periodista Jorge Fernández Menéndez, Los Tlacos —liderados por Onésimo Marquina Chapa, alias ‘El Necho’— se “fusionaron” con una fracción de Los Rojos y otra de Guerreros Unidos (este último grupo estuvo involucrado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014).
“El Cártel de la Sierra se ha fusionado recientemente con una fracción de Guerreros Unidos y otra de Los Rojos, lo que ha permitido a Onésimo adquirir el control en la zona serrana, sólo comparable con el que mantenía Arturo Beltrán Leyva en Guerrero y Morelos hasta su muerte en 2009″, indica Menéndez en su libro La nueva guerra: del Chapo al fentanilo (Grijalbo, 2020).
El autor menciona que el líder delictivo de Guerreros Unidos que se unió a ‘El Necho’ fue Gildardo López Astudillo, alias ‘El Cabo Gil’, identificado como “jefe de los sicarios que supuestamente secuestraron a los jóvenes de Ayotzinapa).
‘El Cabo Gil’ fue detenido en Taxco, Guerrero, el 17 de septiembre de 2015. Para esa fecha enfrentaba dos procesos penales: uno por delincuencia organizada y otro por secuestro. Sin embargo, cuatro años después fue liberado por orden del juzgado Primero de Distrito de Procesos Penales Federales con sede en Tamaulipas.
Se argumentó que López Astudillo supuestamente había sido torturado para que se declarara culpable, por lo que a principios de septiembre de 2019 recuperó su libertad. “Días después ya estaba operando en la sierra de Guerrero”, apunta Menéndez.
En tanto, el otro operador criminal de la fracción de Los Rojos que se fusionó con ‘El Necho’ fue identificado como Cándido Nava Millán, alias ‘El Japo’. Su nombre fue mencionado junto al de Onésimo en un narcomensaje que se encontró el 19 de mayo de 2018 en Chilpancingo.
En aquella ocasión se había reportado el asesinato de Alexis Betancourt, hijo del magistrado Tribunal Electoral estatal, José Inés Betancourt. Junto al cuerpo del joven de 24 años se colocó un mensaje firmado por el Cártel del Sur, en el que se leía: “Onésimo Marquina Chapa, Javier Marquina Chapa y tu Japo, vengan por su put* basura, así les regreso a todos los roba carros. Chilpancingo tiene dueño (sic)”.
De manera conjunta, ‘El Necho’ y ‘El Japo’ comenzaron a controlar la producción de goma de opio y las extorsiones en campos mineros de la zona serrana del estado a finales de 2019.
Se desconoce si la “fusión” entre estas fracciones sigue vigente.