¿Cuál es el pasado criminal de ‘El Necho’? Estos eran los nexos del líder de Los Tlacos en Guerrero

Onésimo Marquina Chapa también es conocido como ‘El Señor del Mal’ y se relacionó con policías comunitarias y agrupaciones criminales

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'El Necho' es identificado como
'El Necho' es identificado como líder de Los Tlacos en Guerrero, también conocido como el Cártel de la Sierra (Foto: Infobae)

Los Tlacos es una agrupación criminal que hasta la semana pasada mantenía una disputa con La Familia Michoacana en el estado de Guerrero. El 21 de febrero, el sacerdote Filiberto Velázquez (director del Centro de Derechos de las Víctimas “Minerva Bello”), anunció una tregua entre los dos bandos para frenar la violencia que se vive en la entidad.

Esta tregua se dio a una semana del enfrentamiento armado que sostuvieron integrantes de ambos grupos en el municipio San Miguel Totolapan, el cual dejó un saldo de 17 personas muertas (16 de la Familia Michoacana y uno de Los Tlacos), según reportes extraoficiales. Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sólo confirmó 12 víctimas mortales.

La tregua había sido pactada entre los líderes de dichos grupos criminales. Por parte de La Familia Michoacana se tienen identificados a los hermanos Johnny y José Alfredo Hurtado Olascoaga (alias ‘El Pez’ y ‘El Fresa’, respectivamente). Los Tlacos, por su parte, son encabezados por Onésimo Marquina Chapa, mejor conocido como ‘El Necho’ y/o ‘El Señor del Mal’.

Antes de liderar el Cártel de la Sierra (como también se denomina a Los Tlacos), El Necho contaba con una trayectoria delictiva que lo vincula con otros grupos delincuenciales en territorio guerrerense.

Los Tlacos operan en la
Los Tlacos operan en la zona serrana de Guerrero, al igual que La Familia Michoacana (Especial)

En 2018, ‘El Necho’ lideraba desde Tlacotepec el autodenominado Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero (FUPCEG) y controlaba la zona minera de Mezcala. La disputa que sostenía con el Cártel del Sur generó en noviembre de ese año el desplazamiento de mil 200 habitantes de comunidades como Los Morros, Campo de Aviación y Filo de Caballos, menciona el periodista Jorge Fernández Menéndez en su libro La nueva guerra: del Chapo al fentanilo.

En mayo de 2018 se reportó el asesinato de Alexis Betancourt, hijo de José Inés Betancourt, quien se desempeñaba como magistrado del Tribunal Electoral estatal. El cuerpo del joven de 24 años fue localizado en calles de Chilpancingo, junto a un narcomensaje en el que se mencionaba a ‘El Necho’ y a su hermano Javier Marquina Chapa, alias ‘El Barbas’.

“Onésimo Marquina Chapa, Javier Marquina Chapa y tu Japo, y tu Chaparro vengan por su put* basura, así les regreso todos los roba carros. Chilpancingo tiene dueño (...) Atte. Comando Pánico y Cártel del Sur”, se leía en el mensaje según reportes de Proceso.

Para ese entonces, ‘El Necho’ mantenía vínculos con Zenén Nava Sánchez, alias ‘El Chaparro’, quien también dirigió el grupo de Los Rojos previo a su detención en 2019.

Jorge Fernández Menéndez señala que
Jorge Fernández Menéndez señala que el Cártel de la Sierra se fusionó con una fracción de Guerreros Unidos y Los Rojos (Foto: Twitter@J_Fdz_Menendez)

Asimismo, colaboraba junto a un sujeto identificado como Santiago Mazari Hernández, alias ‘El Carrete’, quien operaba en el municipio de Heliodoro Castillo. Pero en el mes de julio su relación se vio afectada por una supuesta traición.

“El Necho descubrió que El Carrete lo había traicionado, cuando ya operaba varios laboratorios de heroína, droga que enviaba a sus espaldas a Sonora, con uno de sus empleados, conocido como ‘El Maytuli’”, menciona Fernández Menéndez.

‘El Carrete’ fue detenido en Guerrero días antes del arresto de Zenén Nava. “Caído también El Chaparro, El Necho, jefe del Cártel de la Sierra, sintió que era ahora el líder de todo Guerrero”, detalla el autor del libro citado.

El periodista especializado en temas de seguridad nacional también señala que Los Tlacos se “fusionaron” con una fracción de Guerreros Unidos (mediante Gildardo López Astudillo, alias ‘El Cabo Gil’) y de Los Rojos (a través de Cándido Nava Millán, alias ‘El Japo’). Esto con la finalidad de asentarse en la zona serrana de Guerrero.

En conjunto, estos operadores criminales comenzaron a controlar la producción de goma de opio y las extorsiones en campos mineros de la región.

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