¿Cómo hacer tu propio protector solar casero?

Protégete de la ola de calor con esta sencilla receta a bajo costo

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Con la temporada de frío acercándose a su fin, México se prepara para darle la bienvenida a un caluroso periodo que, según pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), traerá consigo la primera ola de calor del año entre los meses de marzo y abril, aunque esta incluso ya se activó la primera contingencia en la Ciudad de México.

El fenómeno climático promete elevar las temperaturas a cifras que rondarán los 45°C en determinadas regiones del territorio nacional. Este aumento significativo en las temperaturas marca el inicio de una temporada en la que los rayos ultravioleta (UV) del sol se sentirán con mayor intensidad, exponiendo a la población a potenciales riesgos para su salud.

Ante este pronóstico, resulta crucial adoptar medidas preventivas que permitan enfrentar los desafíos que las altas temperaturas y la fuerte radiación solar representan, priorizando, sobre todo, la protección de la piel y bienestar general en los próximos meses, especialmente en aquellos periodos donde el calor alcanzará su máximo esplendor.

El uso de protectores solares se ha posicionado como una de las medidas más efectivas para combatir los efectos nocivos de la exposición solar. Estos productos actúan creando una barrera física o química que protege la piel absorbiendo, reflejando o dispersando los rayos ultravioleta.

Sin embargo, un desafío significativo para muchas personas es la accesibilidad económica de estos protectores, pues no son nada baratos.

¿Cómo hacer tu propio bloqueador solar en casa?

Se espera una temporada altamente
Se espera una temporada altamente calurosa en México. (Imagen ilustrativa Infobae).

Frente a la barrera de la accesibilidad, una alternativa es la elaboración de un protector solar casero, que, si bien requiere de cuidado en su preparación para asegurar su efectividad, puede ser una opción viable para aquellos que buscan protegerse del sol de manera económica.

Es fundamental entender que, aunque esta opción puede ofrecer cierto nivel de protección, no reemplaza los protectores solares testeados y aprobados dermatológicamente. Aquí dejamos una receta para quienes decidan optar por esta alternativa.

Ingredientes

  • ¼ de taza de aceite de coco (tiene propiedades de Factor de Protección Solar naturales)
  • ¼ de taza de aceite de almendras (SPF aproximado de 5)
  • ¼ de taza de cera de abeja (aumenta la resistencia al agua)
  • 2 cucharadas de óxido de zinc no nano (activo principal para protección SPF; evita versiones nano para reducir riesgos de absorción a través de la piel)
  • 1 cucharadita de aceite de semilla de zanahoria (SPF aproximado de 38-40)
  • 1 cucharada de manteca de karité (SPF aproximado de 4-6)

Instrucciones

En un recipiente resistente al calor, combina el aceite de coco, aceite de almendras, cera de abeja y manteca de karité. Calienta a baño María hasta que todos los ingredientes estén completamente derretidos y mezclados.

Retira del calor y deja enfriar un poco antes de añadir el óxido de zinc. ¡OJO! Es importante no inhalar el polvo de óxido de zinc, por lo que se recomienda utilizar mascarilla durante este paso.

Mezcla bien hasta que el óxido de zinc esté completamente incorporado y no haya grumos. Vierte la mezcla en el envase de tu elección y deja enfriar completamente. Una vez sólido, está listo para usarse. Almacena en un lugar fresco y seco.

Esta receta es una base general y puede ser ajustada según las preferencias personales en términos de consistencia o aromas añadiendo aceites esenciales aptos para uso cutáneo. Es de suma importancia realizar una pequeña prueba de alergia en una parte del cuerpo antes de usar el protector solar casero de manera extensiva.

Cuáles son los riesgos de no usar protector solar

En caso de tener que
En caso de tener que exponerse al sol se recomienda utilizar protector solar contra los rayos UV (Getty Images)

La exposición a los rayos ultravioleta (UV) o a la radiación solar tiene un impacto considerable en la salud humana, afectando principalmente a la piel, los ojos y el sistema inmunológico. En primer lugar, uno de los riesgos más evidentes es el desarrollo de quemaduras solares, que aparte de ser dolorosas, también incrementan el riesgo de padecer cáncer de piel a largo plazo.

El daño acumulativo a la piel provocado por la exposición reiterada a los rayos UV puede llevar al envejecimiento prematuro, caracterizado por arrugas, manchas y una textura de la piel más áspera.

Además, la sobreexposición a la radiación UV es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de diferentes tipos de cáncer de piel, incluyendo el melanoma, que es el más peligroso debido a su alta capacidad de diseminarse a otros órganos.

Otro aspecto preocupante es el efecto de los rayos UV en los ojos; la exposición prolongada puede provocar cataratas, una opacidad del cristalino que conduce a la disminución de la visión, y otras afecciones oculares como la degeneración macular.

Asimismo, la radiación ultravioleta puede afectar el sistema inmunológico, disminuyendo la capacidad del cuerpo para defenderse contra diversas enfermedades, incluidas algunas infecciones y el cáncer. Esto se debe a que la exposición a los rayos UV altera la distribución y función de las células inmunitarias en la piel y en todo el organismo.

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