Antes de la llegada de Hernán Cortés y su ejército español, y que fuera instaurada Nueva España, México ya era un país con una civilización establecida: la de los mexicas. La Gran Tenochtitlan se alzaba imponente en el Valle de México, perfectamente construida y pensada por sus habitantes.
Para cuando la ciudad cayó en 1521 y Hernán Cortés se hizo con el poder, comenzó la construcción de una metrópoli al más puro estilo europeo, y se hizo, como se esperaba, encima de la ciudad mexica que estuvo en pie por cientos de años.
Hoy en día, si uno se da una vuelta por la Ciudad de México, sobre todo por el Centro Histórico, podrá ver que la arquitectura colonial domina el espacio, pero es bien sabido que debajo de aquellos edificios han sido encontrados vestigios de la ciudad antigua que significó tanto para los mexicas.
De hecho la Gran Tenochtitlán estaba estaba tan bien planificada en ciertos sentidos que muchos de sus trazos y caminos se conservaron para cuando se planeó la Ciudad de México. Aquí te contamos cuáles son las calzadas que siguen en la capital del país.
Calzada de Guadalupe
Una de las principales calzadas que conectaban a la Gran Tenochtitlan era la Calzada Guadalupe, pues marcaba una unión entre la famosa ciudad y el Cerro del Tepeyac. Cuando Nueva España se terminó por instaurar, esta calzada se ha convertido en un importante ruta para los católicos. Hoy esta avenida conecta al centro de la ciudad con la Villa, un importante recinto para los fieles a la virgen de Guadalupe.
Calzada de Iztapalapa
Pocos saben que esta calzada fue la que recorrió Hernán Cortés, tras llegar a territorio nacional en el año 1519, para conocer la importante ciudad gobernada por Moctezuma II. Hoy en día, por supuesto, y tras la instauración de Nueva España, el camino es conocido como Calzada de San Antonio Abad.
Esta calzada es de gran importancia para la historia de nuestro país por lo escencial que fue para unir a dos culturas que, por aquel entonces, eran completamente ajenas una de la otra. Aquel encuentro entre los dos hombres es, en varios sentidos, parte del origen de nuestra nación.
Calzada México-Tacuba
La Calzada México-Tacuba es una de las vías más antiguas y significativas en la Ciudad de México, con una historia que se remonta a la época prehispánica. Originalmente, fungía como un camino importante que conectaba a Tenochtitlán, la capital del imperio mexica, con otros asentamientos importantes alrededor del Valle de México, incluyendo el poblado de Tacuba, que fue uno de los centros ceremoniales y urbanos más destacados fuera de la isla central de Tenochtitlán.
Con la llegada de los españoles y la fundación de la Ciudad de México sobre las ruinas de Tenochtitlán, la Calzada México-Tacuba retuvo su relevancia como uno de los principales accesos a la ciudad. A lo largo de los siglos, ha sido testigo y parte integral del crecimiento y desarrollo urbano de la capital mexicana.
Hoy en día, esta calzada se extiende por varios kilómetros atravesando numerosas colonias de la Ciudad de México. A su vez, la Calzada México-Tacuba ha conservado su importancia histórica y cultural, albergando monumentos, edificios coloniales, y sitios de interés que dan testimonio de las distintas etapas por las que ha pasado la ciudad a lo largo de su historia.