En México, la leyenda de La Llorona es particularmente prominente y se ha transmitido a lo largo de generaciones como parte integral del folclore. La historia se desarrolla en la época colonial y tiene varias versiones, pero una de las más extendidas narra la historia de una mujer llamada María.
María era una joven hermosa y humilde que vivía en un pueblo mexicano durante la época colonial. Se enamoró perdidamente de un hombre rico y apuesto, pero su amor no era correspondido. A pesar de ello, tuvieron tres hijos juntos. Sin embargo, el hombre eventualmente se casó con una mujer de su misma clase social, abandonando a María y a sus hijos.
Llena de dolor, ira y desesperación, María se sintió traicionada y enloqueció. En un ataque de locura, llevó a sus hijos a un río cercano y los ahogó como un acto de venganza contra el hombre que la había despreciado. Al darse cuenta del horror de lo que había hecho, ésta entró en un profundo remordimiento y desesperación. Lloró y gritó por sus hijos, pero ya era demasiado tarde.
Se dice que su lamento desgarrador se convirtió en una maldición, condenándola a vagar eternamente en busca de sus hijos perdidos. Desde entonces, se cuenta que el espíritu de La Llorona deambula por las noches cerca de ríos, lagos y arroyos, llorando y lamentándose mientras busca desesperadamente a sus vástagos. También se suele creer que esta historia alude a Hernán Cortés y la Malinche, no obstante, no hay información que confirme esta teoría.
Su presencia se considera un presagio de desgracia o muerte, y se dice que aquellos que la encuentran pueden experimentar terribles consecuencias.
La leyenda de La Llorona ha sido transmitida a través de generaciones en México. Es una historia que sigue cautivando a la gente, incluso a personas extranjeras.
¿En dónde está su tumba?
La leyenda de La Llorona, arraigada en la identidad mexicana, ha perdurado a lo largo de los siglos, aterrorizando a quienes escuchan su lamento desgarrador. En el encantador Pueblo Mágico de Dolores Hidalgo, Guanajuato, se encuentra un sitio que añade un escalofriante giro a esta historia milenaria: la supuesta tumba de este famoso personaje.
Cuentan los lugareños que el Pueblo Mágico de Dolores Hidalgo fue visitado por representantes del Vaticano en un intento desesperado por exorcizar la presencia de La Llorona, cuyas apariciones eran tan frecuentes que atormentaban a los habitantes de la región. Los sacerdotes, en un acto de fe, colocaron una placa en su tumba, buscando calmar los inquietantes sucesos que perturbaban el pueblo.
La cripta que se dice alberga los restos de La Llorona se encuentra en la Hacienda Siete Reales, situada en la carretera que conecta Guanajuato con Dolores Hidalgo. En su estructura se talló la fecha de septiembre de 1913, aunque las leyendas sugieren que sus lamentos se escuchan en la región desde mucho antes, incluso desde el año 1850.
En un intento adicional por disipar la presencia de La Llorona, en 1963 el propietario de las tierras colocó una cruz de gran tamaño sobre la tumba. Sin embargo, el destino parecía tener otros planes, pues durante una tormenta intensa, un rayo partió la cruz y causó daños considerables a la estructura.
Aunque la Hacienda Siete Reales es conocida por ser el lugar de descanso final de La Llorona según la tradición local, existen otros puntos en México donde se afirma haber visto, escuchado e incluso sentido su presencia. Algunos aseguran que su verdadera tumba se encuentra en el Panteón Dolores de Jerez, Zacatecas.