La tarde del 19 de febrero, un convoy de Los Tlacos perpetró una violenta emboscada en contra de un grupo de sicarios de la Familia Michoacana que estaba atrincherado en Las Tunas, un poblado en la zona alta del municipio de San Miguel Totolapan, Guerrero.
Inicialmente se habló de un saldo de 17 muertos. Un día más tarde, la Fiscalía del estado reconoció únicamente la presencia de cinco cadáveres. Para la mañana del 21 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que había al menos 12 personas fallecidas.
El ataque no fue un hecho aislado. Un mes antes, el 27 de enero, un comando de la Familia Michoacana ejecutó y calcinó a cinco personas en ese mismo municipio. Días después, anunció una cacería contra Los Tlacos en San Miguel Totolapan y General Heliodoro Castillo.
Durante al menos un par de años, ambos grupos criminales han efectuado una serie de ofensivas, cada vez más cruentas, con la intención de adueñarse del territorio.
¿Por qué es importante la sierra de Guerrero para el narco?
San Miguel Totolapan es un municipio enclavado en la sierra de Guerrero, en la región de Tierra Caliente. Ahí, en octubre de 2022, se perpetró una matanza que dejó un saldo de 20 personas fallecidas, incluido el alcalde Conrado Mendoza Almeda.
Los informes preliminares arrojaron que detrás de tal suceso habría estado la Familia Michoacana, liderada por José Alfredo ‘El Fresa’ y Johnny ‘El Pez’ Hurtado Olascoaga.
A lo largo de todo el 2023, habitantes de localidades como Lindavista y Plan Verde denunciaron múltiples ataques cometidos por esta organización. Los Tlacos replicaron estos hechos en la ranchería de San Juan Tehuehuetla.
Estos territorios se caracterizan por ubicarse en zonas de difícil acceso. Aunque cada comunidad está cerca una de la otra, las condiciones de la sierra representan un importante obstáculo para las autoridades.
Ejemplo de ello fue el hecho de que la Fiscalía de Guerrero tardó más de 24 horas en llegar a Las Tunas para comenzar a investigar la más reciente masacre.
Las demarcaciones de esa zona representan un área de gran interés para los grupos criminales por factores diversos. Primeramente, están bordeadas por el Río Balsas, un cuerpo de agua que atraviesa el estado y desemboca en el Puerto Lázaro Cárdenas, un punto clave para la recepción de precursores químicos que la FM tiene bajo su control.
Al sureste de San Miguel Totolapan se ubica Tlacotepec, cabecera municipal de Heliodoro Castillo y bastión principal de Los Tlacos. A este grupo le interesa mantener su posición en la zona, mientras que la Familia Michoacana busca desplazarlo.
Según estimaciones del sacerdote José Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos Humanos ‘Minerva Bello’, alrededor de cinco mil pobladores guerrerenses se encuentran a la merced de los conflictos entre ambas estructuras delictivas. Al mismo tiempo, las autoridades no han atendido la solicitud de establecer un puesto de vigilancia permanente del Ejército.