A mediados de la década de 1990 Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos” se mudó a Sudamérica para escapar de la persecución de las autoridades mexicanas y norteamericanas que ya lo buscaban por ser el principal traficante de cocaína; sin embargo, un error de sus hombres más leales le permitió a la Interpol seguirles la pista hasta Santiago de Chile.
Bajo el nombre de un exitoso empresario algodonero de Coahuila -Juan Antonio Arriaga-, Amado Carrillo viajó a Argentina y a través de testaferros compró varias propiedades de campo y un departamento de 180 metros cuadrados en el barrio de Recoleta.
Son pocos lo detalles conocidos de su estadía en Argentina, pero una investigación de las autoridades locales detalló que su lugar favorito era la Estancia Rincón Grande que le había comprado en dos millones de dólares a la familia Bordeu: ahí mandó construir una capilla con un cristo de tamaño natural y colocar un león embalsamado.
Según el rastro que la Interpol siguió, “El Señor de los Cielos” viajó a Brasil, Uruguay y Cuba, país en el que coincidió con el exiliado Carlos Salinas de Gortari en 1997.
“El Señor de los Cielos” en Chile
Fue en ese viaje para despistar a la Interpol que Amado Carrillo y sus hombres llegaron a Santiago de Chile, otras versiones apuntan que sólo mandó a sus cercanos de avanzada; lo cierto es que la investigación a cargo de Juan Miguel Ponce Edmonson se propuso revisar los pasos financieros de los hombres del Cártel de Juárez en su paso por Sudamérica.
Edmonson, titular del despacho de la Interpol en México, sabía que con o sin Amado Carrillo, sus hombres tendrían que pasar mucho tiempo encerrados y mantener un perfil bajo para despistar a los agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA) que lo responsabilizaban del 60 por ciento de toda la cocaína que entraba a Estados Unidos y ofrecían por su captura hasta 5 millones de dólares.
El pasatiempo favorito de los hombres del capo era jugar billar, así que al saber que se encontraban en Sudamérica, la Interpol puso la lupa en las tiendas especializadas en vender mesas de billar. Descubrieron que en Chile unos hombres “mexicanos” -según una empleada- compraron varias mesas y las pagaron en efectivo; además la factura tenía la dirección de las casas a donde las entregaron.
El último vuelo de “El Señor de los Cielos”
Después de rastrearlo en Sudamérica, Amado Carrillo Fuentes tuvo que volver a mudar sus operaciones, fue en ese entonces que la Interpol lo ubicó en Cuba, lugar de nacimiento de su pareja Martha Venus Cáceres; años más tarde (2001) la DEA afirmó que “El Señor de los Cielos” había pagado millones de dólares para usar la isla como “refugio”.
Y es que la imagen de Amado Carrillo Fuentes acaparó todos los reflectores después del asesinato de Rafael Aguilar Guajardo, lo que lo convirtió en el único jefe del Cártel de Juárez; además del atentado que sufrió a manos de sicarios de los Arellano Félix que lo quisieron asesinar en un restaurante de la Ciudad de México. Ambos hechos ocurrieron en 1993.
Los hermanos Benjamín y Ramón Arellano Félix querían una alianza con Amado Carrillo, pero la condición de éste era que le entregaran a los sicarios que fallaron en asesinarlo; los líderes del Cártel de Tijuana aceptaron y se fijó un día de 1997 para la alianza, cuando “El Señor de los Cielos” regresara a México para tratar unos negocios -según dijo a sus hombres-; a otros no les explicó nada; la versión oficial es que se internó en la clínica Santa Mónica de Polanco, Ciudad de México, para una operación de cambio de rostro.