La ‘tregua’ a la que se presume llegaron Los Ardillos y Los Tlacos -grupos criminales de Guerrero- podría tener impactos a largo plazo en más de una decena de municipios de la zona centro y de la montaña, regiones controladas y en disputa por ambas organizaciones.
Si bien la ‘tregua’ de no agresión se fijó sólo para el municipio de Chilpancingo -según las palabras del padre José Filiberto Velázquez Florencio-, de extenderse el “acuerdo de paz” otras demarcaciones como General Heliodoro Castillo, Chilapa de Álvarez, Quechultenango y Tlacoapa también podrían ver reducida la violencia con la que conviven sus habitantes.
Vale la pena recordar que el pacto es para “respetar” los negocios de carne, huevo, abarrotes y transporte que controlan cada uno de los grupos y confió en que pueda mantenerse por un largo tiempo.
La “tregua” surgió a petición de uno de los líderes criminales, sin la intervención de la iglesia ni del Estado y se dio mediante una llamada telefónica, recalcó el director del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello.
En sus redes sociales el padre Filiberto pidió no desvirtuar los esfuerzos de la Iglesia y del Estado para pacificar Guerrero; tampoco sacar provecho político y reconocer que los cuatro obispos de la entidad “no fracasaron”, sino que abrieron canales que se mantienen vigentes.
¿Cuánto durará la tregua?
En palabras del obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, el acuerdo al que llegaron Los Tlacos y Los Ardillos se extenderá el tiempo que lo permita la “buena voluntad de los grupos y de la gente que apoye el pacto”.
El clérigo reconoció el pasado lunes que el año pasado se reunieron con líderes de la delincuencia en la búsqueda de pacificar Guerrero; sin embargo, indicó que no lograron resultados positivos por que los criminales no quisieron dejar los territorios y las ganancias económicas que les dejan los delitos cometidos en ellas.
Respecto a sí la ‘tregua’ podría trasladarse a otras regiones, el padre Filiberto dejó en claro que son otros actores los involucrados en ellas y las negociaciones tendrían que incluirlos y dependerá de su “voluntad”.
Conviene señalar que información de las autoridades de Guerrero, se reconocen al menos 16 grupos criminales con operación en las siete regiones de la entidad, siendo la zona Centro y Montaña el principal punto de operación de Los Tlacos y Los Ardillos.
Los municipios azotados por la violencia
Uno de los municipios más afectados por la violencia en Guerrero en General Heliodoro Castillo, y aunque en la región tienen presencia Los Ardillos y Los Tlacos, el principal rival en la zona de éstos últimos es La Familia Michoacana.
Quechultenango es considerada la cuna de Los Ardillos donde pobladores se han manifestado en la Autopista del Sol como supuesta represalia a la detención de líderes criminales.
De manera similar a lo que ocurre en Chilpancingo, el transporte público a comunidades indígenas de Eduardo Neri quedó paralizado en julio de 2023 por los enfrentamientos entre grupos rivales.
Apenas cuatro días atrás una familia reportada como desaparecida fue encontrada sin vida y con signos de violencia y tortura en Chilapa; un mes antes el municipio fue noticia nacional por la difusión de un video en el que se aprecia a un grupo de 20 niños armados como Policías Comunitarios para hacer frente al crimen organizado.
A finales de enero asesinaron en Atlixtac a Marcelino Ruíz Esteban y su esposa, Guadalupe Guzmán Cano; él era aspirante del PRD a la alcaldía del municipio. Fueron asesinados en la carretera Chilapa-Tlapa.
Arrancando el mes de febrero, las autoridades de Tlapa de Comonfort encontraron los cuerpos de tres maestros del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTis 178) reportados com desaparecidos desde el 31 de enero.
Todos estos municipios son controlados por Los Ardillos y Los Tlacos, por lo que si su “voluntad” lo permite, la “tregua” que se fraguó en Chilpancingo podría trasladarse a ellos y ayuda a pacificar Guerrero.