La expansión del poder de los cárteles de drogas no sólo se refleja en la creciente y desmedida violencia registrada en todo el país. Uno de los indicadores más fuertes de la capacidad del crimen organizado para inmiscuirse en los asuntos de la vida cotidiana son los llamados “narcocorridos”, temas musicales creados en el género del regional mexicano en los que se hace referencia a los principales líderes del tráfico de estupefacientes. Pero éste no es un fenómeno nuevo.
Aunque en la actualidad los nombres de artistas como Peso Pluma, Natanael Cano y Junior H son reconocidos por hacer apología al narcotráfico o hacer referencias a favor del Cártel de Sinaloa, los datos refieren que fue a inicios del 2000 cuando las autoridades comenzaron a identificar nexos entre bandas musicales y el narcotráfico.
Y es que, de acuerdo con varias investigaciones periodísticas, la mayoría de los que se dedican al negocio de las drogas disfrutan de este género musical; aun más cuando se trata de temas en los que se les mencione o narre alguna parte específica de su vida.
Prueba de ello es la gran variedad de cantantes y grupos musicales que han sido señalados de haber sido contratados por criminales para amenizar sus fastuosas fiestas, como fue el caso de La Sombra Norteña, el primer grupo de su género en haberse enfrentado a la justicia por presuntos vínculos con el narcotráfico.
La Sombra Norteña y su show en una fiesta de ‘El Chapo’
En noviembre de 2003, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) anunció la detención de La Sombra Norteña, uno de los primeros grupos musicales intérpretes de narcocorridos.
Esto luego de que las autoridades identificaran que los músicos habían sido presuntamente contratados por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, ahora otrora líder del Cártel de Sinaloa, para presentarse en una fiesta privada.
En el libro ‘El último narco: El Chapo’, el periodista Malcolm Beith detalla que la banda fue buscada por un miembro de la organización criminal mientras se encontraban en Los Plátanos, Badiraguato, un pequeño pueblo ubicado en la sierra Sinaloa.
Tras acordar el pago de cuatro mil dólares y transporte en un avión privado de ida y regreso, los integrantes aceptaron.
“Volaron a un pueblo en las montañas de Durango, hicieron su número y volvieron a casa. Pero cuando regresaron a Badiraguato, fueron arrestados. Llevaban marihuana y una pistola, pero las autoridades estaban más interesadas en el hombre para quien acababan de actuar”, reveló Beith.
Reportes periodísticos de aquella fecha indican que la PGR encontró las pruebas suficientes para arraigarlos por los próximos 90 días. Junto a ellos fueron detenidos un ingeniero de sonido, el piloto de la aeronave en la que viajaron y cuatro presuntos productores de droga.
A la fecha, el grupo musical continúa activo, aunque se desconoce si se trata de los mismos integrantes. Y, mientras tanto, los ‘narcocorridos’ aumentan su popularidad a nivel mundial.