Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, tras su segunda aprehensión estuvo en el Centro Federal de Readaptación Social número 1, mejor conocido como El Altiplano, en el que gozaba de total libertad, pues podía recibir todo tipo de visitas, sin que estas fueran restringidas.
Entre los allegados de ‘El Señor de la montaña’ que se daban cita de forma constante, estaban su esposa Emma Coronel, así como sus hijas gemelas, Emaly Guadalupe, así como María Joaquina, quienes eran cuidadas por Blanca Estela Aispuro, su abuela materna.
Guzmán Loera jamás estaba solo durante su segunda estancia en prisión, incluso sus abogados lo visitaban todos los días para traerle noticias de sus mujeres, así como de su estado legal.
“Las revisiones que se realizaban en la prisión para entrar a la visita familiar o íntima, eran vejatorias para todas las esposas e hijos, e incluso se pedía a los menores quitarse la ropa interior y a las mujeres desnudarse y aflojarse el brassier y la pantaleta, pero no era así para sus hijas gemelas, contrario a lo que se permitía a los demás, Emma entraba a ver al capo acompañado de su mamá Blanca Estela Aispuro, quien fungía como nana de las inquietas nietas, para que Emma no tuviera que líder con los dos pequeños torbellinos de apenas tres años, qué inconscientes de las circunstancias, corrían de un lado a otro”, narra la periodista Anabel Hernández en su libro ‘Emma y las otras señoras del narco’.
Óscar Gómez Núñez y Andrés Granados, eran los representantes legales de ‘El 701′, quienes lo frecuentaban en la zona de locutorios para atender los asuntos jurídicos, así como traer recados de sus amantes, entre las cuales estaba Lucero Sánchez López, ‘La Chapodiputada’.
“Mientras permaneció preso ‘El Chapo’, nunca dejó de ocuparse de sus otras mujeres, a quienes enviaba constantes saludos y mensajes a través de sus abogados que lo visitaban diariamente, Óscar Gómez Núñez y Andrés Granados. Óscar Gómez Núñez lo visitaba todos los días en la zona de locutorios para atender los asuntos jurídicos y personales del capo”, se lee en el libro.
Guzmán Loera y las visitas de su madre
Quien aprovechaba la libertad con la que se movía dentro del antes Penal de La Palma, era la señora Consuelo Loera, quien tenía la oportunidad de seguir viendo al capo cuando quisiera, al siempre ir acompañada por sus hijas Bernarda y Armida, quienes eran muy cercanas a él.
“También lo visitaban sin mayor problema, su madre Consuelo Loera y sus hermanas Bernarda y Armida, gracias a las visitas familiares y de sus abogados, ‘El Chapo’ prácticamente estaba tras los barrotes mientras dormía, el tiempo restante deambulaba en distintas áreas”, redactó la escritora.