Así era la vida de ‘El Chapo’ Guzmán mientras se escondía de la justicia en Sinaloa

Al noroeste de México hay una región montañosa de difícil acceso que ha sido de gran interés para las autoridades de México y Estados Unidos. Se trata del ‘Triángulo Dorado’, cuyos límites se extienden entre los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango, mismo que ha destacado por convertirse en el escondite ideal de los narcotraficantes.

Se presume que Ismael ‘El Mayo’ Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, ha logrado evadir a las autoridades durante décadas moviéndose en esta zona, pero no sería el primero en haberlo hecho: su socio principal, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, pasó varios años oculto en esta región.

De acuerdo con el testimonio de Alex Cifuentes, un reconocido narcotraficante colombiano, el otrora líder del Cártel de Sinaloa poseía al menos siete propiedades en las montañas del ‘Triángulo Dorado’ y, según declaró ante un tribunal de Nueva York en 2019, ‘El Chapo’ las utilizó con frecuencia entre 2006 y 2008, su época de mayor apogeo.

Cifuentes aseguró ante las autoridades de EEUU haber conocido estas propiedades, pues, como parte de un acuerdo que buscaba garantizar que las ganancias de la cocaína que su familia le proporcionaba al capo sinaloense fueran entregadas correctamente, fue a vivir con él en otoño de 2007. Con el paso del tiempo, se convirtió en uno de sus socios principales.

“Hacía lo que Joaquín me pidiera”, declaró en el juicio contra ‘El Chapo’.

El testimonio de Cifuentes dio a conocer que Guzmán Loera era sumamente estricto con la seguridad y la organización, pues no sólo contaba con un gran número de pistoleros que custodiaban la zona y vigilaban al Ejército, sino también tenía a su servicio a varios secretarios personales que tomaban notas todo el tiempo en libretas de bolsillo.

“Había siempre muchas cosas que hacer y muchos números”, recordó.

‘El Chapo’ también requería del servicio de sus secretarios para recibir mensajes de sus socios y afiliados, así como también para organizar su agenda, misma que atendía sin moverse de la zona.

“Solía despertarse a medio día. Tras el almuerzo, realizaba las llamadas a sus socios y caminaba bajo los árboles”, agregó Cifuentes.

La declaración de Cifuentes destacó por otro dato.

Las casas que ‘El Chapo’ poseía eran pequeñas y de madera, distintas a los lujos a los que estaba acostumbrado. No obstante, cada una contaba con su propio generador de electricidad, tenían televisión vía satélite y acceso a Internet; así como las ventanas polarizadas.

Las dos residencias que eran utilizadas con frecuencia por ‘El Chapo’ fueron identificadas bajo el nombre de ‘Las Trancas’ y ‘La Playa’, ésta última nombrada así porque estaba junto a un pantano.

La investigación del gobierno de Estados Unidos reveló que durante el tiempo en que ‘El Chapo’ vivió ocultó en el ‘Triángulo Dorado’ contó con un estricto esquema de seguridad, organizado en tres anillos.

Algunos de los sicarios de Guzmán Loera vigilaban las inmediaciones de la casa en la que dormía, en la que normalmente no pasaba mucho tiempo. Otros se encargaban de las vías de acceso y otros de tener en la mira al personal de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, ‘El Chapo’ nunca se negó a recibir visitas de familiares y sus socios más próximos, quienes, según Cifuentes, tenían que llegar en una pequeña avioneta. En su declaración, reveló que Emma Coronel Aispuro, la tercera esposa del narcotraficante, acudió en alguna ocasión.

Su zona de escondite también fue escenario de una fiesta de cumpleaños, detalló el narco colombiano.

Ella habría ocurrido el 4 de abril de 2008, en el aniversario número 51 de Guzmán Loera. Aquel día recibió varios regalos, entre los que destacaron una camioneta blindada de color blanco y un vehículo todo terreno con camuflaje.

Se desconoce la fecha con exactitud en la que ‘El Chapo’ habría decidido abandonar este estilo de vida, pues Cifuentes consiguió la autorización de su jefe directo de trasladarse a Cancún en la primavera de 2009.

Cinco años después, ‘El Chapo’ sería detenido por segunda vez.