La historia de amor entre José López Portillo, expresidente de México y la actriz y vedette Sasha Montenegro, comenzó en España a finales de los años setenta.
La pareja, cuya relación floreció a pesar de que López Portillo estaba casado, comparte dos hijos, Nabila y Alexander, nacidos en 1985 y 1987, respectivamente.
Eventualmente, tras divorciarse de su primera esposa en 1991, López Portillo y Montenegro contrajeron matrimonio en 1995, consolidando su unión formalmente ante la iglesia cinco años después, en el año 2000.
Montenegro describió al exmandatario mexicano como un hombre de “gran personalidad y cultura”, lo cual jugó un papel crucial en la atracción inicial entre ambos.
La relación, no obstante, enfrentó diversos desafíos, incluyendo problemas de salud de López Portillo, quien sufrió un infarto cerebral en 1999, y disputas familiares que culminaron en un intento de divorcio por parte de la familia del ex presidente contra Montenegro.
A lo largo de los años, la pareja superó numerosos obstáculos, manteniendo su compromiso el uno con el otro hasta enfrentar problemas de salud y litigios familiares.
Golpes contra el exmandatario
La viuda legítima de José López Portillo, expresidente de México, Sasha Montenegro, enfrentó acusaciones de maltrato hacia el mandatario por parte de la familia de este, pero el proceso de divorcio iniciado contra ella no prosperó, manteniendo su estatus hasta el fallecimiento de López Portillo en 2004.
A pesar de las complicaciones legales y familiares, Montenegro se mantuvo como la esposa legítima del expresidente hasta su muerte, aunque aseguró que no recibió herencia alguna, solo problemas.
La historia de la relación entre Sasha Montenegro y José López Portillo estuvo plagada de tumultos, especialmente tras el deterioro de la salud del ex presidente, quien sufrió un infarto cerebral cinco años antes de su fallecimiento.
Esta situación desató una contienda familiar que alejó a Montenegro del entorno de López Portillo. La familia del exmandatario atribuyó a Montenegro acciones de maltrato físico y verbal, lo que condujo a la iniciación de un proceso legal de divorcio.
Sin embargo, Montenegro prevaleció en el juicio ya que no se encontraron pruebas suficientes para deslegitimar su posición como esposa. El enlace civil entre Sasha Montenegro y José López Portillo se realizó en 1991, seguido por una ceremonia religiosa en junio del 2000, un mes después del fallecimiento de la exprimera dama.
Durante este tiempo, las tensiones entre Montenegro y la familia del expresidente se intensificaron, culminando en el mencionado proceso de divorcio.
A pesar del complicado escenario legal y las disputas familiares, la justicia no encontró bases para favorecer la demanda de divorcio presentada por la familia de López Portillo, consolidando a Montenegro como la viuda legal, aunque marcada por la controversia y los desafíos legales que le sobrevinieron después del deceso de López Portillo.