La frontera entre la vida personal y artística de Sasha Montenegro era apenas perceptible. La actriz falleció la noche del 14 de febrero a causa de un derrame cerebral ocasionado por el avanzado cáncer de pulmón que le fue detectado meses atrás. Su partida dejó una estela de tristeza en la farándula mexicana, pero también un interés por los aspectos más íntimos de su vida, la cual tuvo altas dosis de misterio, polémica y glamour.
Quien fuera esposa del expresidente José López Portillo, develó aspectos interesantes de su vida en varias entrevistas, una de las más recordadas por su temporalidad, fue una conversación con Gustavo Adolfo Infante que fue retransmitida en octubre de2020.
Nacida en Bari, Italia, el 20 de enero de 1946, Sasha Montenegro vio la luz del mundo bajo el nombre de Aleksandra Acimovic Popovic, hija de inmigrantes yugoslavos. Sin embargo, su llegada al mundo no estuvo exenta de intrigas, ya que su padre, Zivojin Acimovic, era un agente del servicio de inteligencia británico durante la Segunda Guerra Mundial. Este peculiar trasfondo familiar la llevaría a vivir una infancia marcada por la incertidumbre y los constantes desplazamientos.
Aleksandra creció entre Mendoza y Buenos Aires, Argentina, donde su padre había sido asignado en una misión. Sin embargo, su vida daría un giro inesperado durante los años de la dictadura militar en ese país. Mientras estudiaba Periodismo, fue detenida de manera arbitraria por las fuerzas represivas del régimen, sumergiéndola en un clima de opresión y peligro constante.
La llegada de Sasha Montenegro a México
Fue en este contexto de turbulencia política que recibió la orden de su madre de viajar a Nueva York para alejarse del peligro y estudiar inglés. Sin embargo, su destino daría un giro inesperado cuando hizo escala en México, un país que siempre había despertado su curiosidad y admiración.
“Mi sueño era conocer México”, ha afirmado Montenegro en diversas ocasiones, y ese sueño se convertiría en un punto crucial en su vida. Durante su estancia en México, un encuentro fortuito en los Estudios Churubusco cambiaría su destino para siempre. Invitada por un matrimonio argentino, Montenegro fue presentada como una reconocida actriz de su país de origen y se le ofreció un papel en la película Un sueño de amor, protagonizada por José José y Verónica Castro.
A pesar de no tener experiencia como actriz, Montenegro aceptó la oferta motivada por la generosa remuneración y la oportunidad de explorar más de México. Adoptando el nombre artístico de Sasha Montenegro, la joven se sumergió en el mundo del cine sin revelar su verdadera identidad, convirtiéndose así en un fenómeno en ascenso en la industria cinematográfica.
¿Por qué eligió el nombre Sasha Montenegro?
El significado de su nombre artístico fue la combinación de elementos muy significativos para la argentina: “Aleksandra Acimovic Popovic. Cuando vives en un país latino es un nombre complicado. Sasha es el afectivo de Alexandra o Alexandar. A mí toda la vida me han dicho Sasha. Montenegro es porque mi madre, toda la familia materna fueron montenegrinos”.
Bajo el nombre artístico con el que sería recordada para siempre, la vida de la actriz cambió en 1972. Con el estreno de Un sueño de amor, Sasha Montenegro dio inicio a una prolífica carrera actoral, destacando en películas como El Santo contra los asesinos de otros mundos y Santo contra la magia negra. A pesar de los rumores que rodeaban su pasado, los productores mexicanos nunca cuestionaron su supuesta fama en Argentina, lo que le permitió consolidarse como una figura reconocida en el medio.
La historia de Sasha Montenegro es más que una simple narrativa de éxito en el mundo del espectáculo. Es un relato de transformación, de cómo una joven atrapada en el torbellino de la historia logró reinventarse a sí misma y encontrar su verdadera vocación en un país lejano pero acogedor.
Detrás del glamour y la fama, se encuentra una mujer que desafió las adversidades y las expectativas para forjar su propio camino en la vida. Y aunque su verdadero nombre pueda haber quedado sepultado en el pasado, su legado como Sasha Montenegro perdurará en la memoria colectiva del cine mexicano por generaciones.