No es la primera vez que el presidente Andrés Manuel López Obrador relata lo que sintió cuando sufrió un infarto en el año 2013, a sólo unos meses de haber perdido sus segundas elecciones presidenciales, esta vez en contra de Enrique Peña Nieto. Sin embargo, en esta ocasión, en su libro ‘¡Gracias!’, el mandatario federal habla sobre qué fue lo que lo ocasionó.
López Obrador escribe sobre el llamado “Pacto por México” una cruzada política que tenía como objetivo la aprobación de reformas por parte de lo que considera fue una legislatura “surgida del fraude” y con la que el PRD terminó por someterse al régimen.
Recordó que esta estructura política entre el PRI, PAN y el PRD se formó incluso cuando no se había calificado la elección presidencial, la cual impugnó.
El presidente recordó una reunión a la cual había convocado Manuel Camacho Solís y a la cual asistieron personajes del PRD como Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Cuauhtémoc Cárdenas, Juan Ramón de la Fuente, Marcelo Ebrard. Fue en este encuentro que Camacho Solís presentó el documento que después se convertiría en el Pacto por México.
Asimismo, recordó que él dejó saber que no compartía el fin del documento y, a la distancia, reconoce que este acuerdo se convirtió en un “Instrumento para profundizar en la política entreguista y antipopular”, con el cual se aprobaron las llamadas reformas estructurales, que son una reforma educativa, una reforma fiscal y una reforma energética.
Es esta última la que, relata el presidente López Obrador en ‘¡Gracias!’, la que tuvo responsabilidad en el infarto que sufrió en 2013.
“Esta última (la reforma energética) fue en buena medida la causante del infarto que padecí hace diez años; aclaro que antes de este gran susto me cuidaba pico y trabajaba mucho más; pensaba que eso del estrés no existía, que era yuba exquisitez pequeño-burguesa, como la depresión y as frecuentes visitas al psicólogo; son embargo constaté que estaba equivocado: la hipertensión mata”, dijo el presidente.
También recordó que para hacer frente a la aprobación de reformas, se convocó a la movilización; sin embargo, la gente no se movilizó como se esperaba. Finalmente, acepta que su corazón no aguantó y tuvo que ser salvado.
“Me salvaron la ciencia, el creador y la suerte de estar en la Ciudad de México, a 15 minutos de una clínica con sala de hemodinamia - de esas que apenas ahora existen, cuando menos una en cada capital de los estados-.
Añadió que un día después del infarto, el Congreso estaba rodeado por sus simpatizantes y pese a la “resistencia heroica” de activistas, la reforma energética finalmente fue aprobada.