Se conoce como la temporada de ozono al periodo que va desde mediados de febrero hasta inicios de junio, o sea, previo al comienzo de la temporada de lluvias, donde hay una temporada climática “seca-caliente”. Durante este periodo, que está próximo a comenzar, se estima que haya entre 3 y 8 contingencias ambientales por ozono, dio a conocer Víctor Hugo Páramo, Coordinador Ejecutivo de la Comisión Ambiental de la Megápolis (CAMe) el pasado viernes durante una conferencia de prensa.
Además, la Coordinadora General del Servicio Meteorológico Nacional de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Alejandra Méndez Girón, describió las condiciones climáticas y meteorológicas de la temporada, donde se prevén 5 ondas de calor, entre marzo y junio.
Por su parte, el subsecretario de Regulación Ambiental de la Semarnat, Alonso Jiménez Reyes, destacó la necesidad de que durante esta temporada seca-caliente, la población se mantenga informada de los índices de contaminación y siga las recomendaciones emitidas por CAMe para cuidar su salud, principalmente, los grupos vulnerables como adultos mayores, infantes, personas embarazadas o con padecimientos respiratorios o circulatorios.
Marina Robles García mencionó las acciones que desde el gobierno de la Ciudad de México se impulsan para mitigar las emisiones de precursores de ozono y, con ello, mejorar la calidad del aire, entre las que destacó la ampliación, diversificación, y mejoramiento del sistema de transporte público, donde se han privilegiado las tecnologías eléctricas para la movilidad de las personas; la rehabilitación de las naturales protegidas. Hizo un llamado a la población para disminuir el uso de productos químicos, como limpiadores, aromatizantes, de limpieza y cuidado personal, entre otros, los cuales participan cada vez más en las emisiones de COV y en la reactividad a la atmósfera.
Víctor Hugo Páramo explicó que en la temporada de ozono se presentan sistemas anticiclónicos y ondas de calor que producen altas temperaturas, radiación solar intensa, baja nubosidad y vientos débiles, condiciones climatológicas que favorecen la formación de ozono y su acumulación en la zona suroeste del Valle de México.
Comentó que el ozono afecta la salud de la población, siendo los más afectados los grupos sensibles a la contaminación: niños, mujeres embarazadas, personas con afecciones respiratorias y cardiovasculares.