La actual crisis por falta de agua en la Ciudad de México ha puesto en alerta a los capitalinos, quienes día con día viven en la incertidumbre sobre sí tendrán este recurso disponible, ello mientras las autoridades calculan que el principal suministro de este líquido a 11 de las 16 alcaldías, el Sistema Cutzamala, llegue a su “Día Cero” el 26 de junio.
Y es que el contexto parece sombrío. Recientemente expertos como Constantino González Salazar, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, han alertado que el 2024 podría convertirse en el año más caluroso, lo que a su vez implica una de las palabras más temidas: sequía.
De acuerdo con los registros del Sistema Meteorológico Nacional (SMN) de esta semana, al menos 14 de las 16 demarcaciones de la Ciudad de México viven una “sequía severa”, mientras que dos se ubican en “sequía moderada”. Esto se suma a que actualmente el Sistema Cutzamala se encuentra en un 39.67 por ciento del 100% de su capacidad de llenado.
Esta situación ha orillado a que políticos también se muestren a favor de declarar una emergencia ante la escasez de agua. La Comisión de Gestión Integral del Agua del Congreso de la Ciudad de México instó al gobierno de Martí Batres a tomar acciones urgentes e informar a la población de forma responsable, al tiempo que advierten que la capital vivirá meses difíciles por la crisis.
Por su parte, diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Congreso Federal exhortó a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y a la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) que emita una declaratoria de desastre natural por sequía severa, extrema o excepcional en la zona metropolitana.
Por su parte, el precandidato de Movimiento Ciudadano (MC) a la jefatura de Gobierno de la CDMX, Salomón Chertorivski, presentó a legisladores un punto de acuerdo en el que exhortaron al gobierno capitalino a declarar la emergencia por desabasto de agua, y mitigarla con 100 millones de pesos del Fondo de Atención a los Desastres Naturales (FONADEN); asimismo, habló de la urgencia de atender las fugas, pues éstas representan el 40% de las pérdidas de agua.
¿Qué se debe considerar?
Para declarar una emergencia por escasez de agua en la Ciudad de México es necesario seguir un protocolo establecido que generalmente incluye varios pasos y criterios.
Primero se deben evaluar los niveles de disponibilidad de agua en las fuentes de abastecimiento, como presas, ríos y acuíferos. Esto implica medir la cantidad de agua almacenada y el caudal de entrada y salida. También se deben monitorear los patrones de consumo de agua en la población y las industrias.
La decisión de declarar la emergencia por escasez de agua no sólo se basa en la falta de agua física, sino también en la capacidad de los sistemas de distribución de agua para satisfacer la demanda actual. Factores como el estado de la infraestructura, la eficiencia en la distribución y las pérdidas de agua a través de fugas juegan un papel importante.
Además, se deben considerar los pronósticos meteorológicos a corto y mediano plazo, especialmente en lo que respecta a la precipitación, ya que una falta de lluvias puede agravar la situación de escasez.
Una vez realizada la evaluación y si se determina que la situación cumple con los criterios de emergencia por escasez, las autoridades correspondientes, generalmente a través de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), junto con organismos de agua locales, deben declarar oficialmente la emergencia. Esta declaración permite la activación de medidas extraordinarias para gestionar la crisis, que pueden incluir restricciones en el uso del agua, la implementación de programas de racionamiento, la búsqueda de fuentes alternativas de abastecimiento y la promoción de campañas de concienciación sobre el ahorro de agua.
La colaboración entre las autoridades, la sociedad civil y el sector privado es crucial para gestionar eficazmente la emergencia por escasez de agua y minimizar su impacto en la población y en la economía de la Ciudad de México.
En México, el marco legal respecto a la gestión del agua y la declaración de emergencia por escasez se encuentra principalmente en la Ley de Aguas Nacionales. Esta ley establece las bases para la regulación del acceso, explotación, uso o aprovechamiento y conservación de las aguas nacionales, así como la distribución de competencias entre la Federación, los estados y los municipios.
De acuerdo con la Ley de Aguas Nacionales, la Conagua es el organismo encargado de administrar las aguas nacionales y de implementar acciones en caso de escasez.
¿Qué medidas pueden implementarse?
Para enfrentar una emergencia por escasez de agua, las autoridades pueden implementar diversas medidas, que se clasifican en categorías como gestión del suministro, administración de la demanda y acciones de emergencia.
Gestión del suministro de agua
- Reasignación de fuentes de agua: Buscar y utilizar fuentes alternativas de abastecimiento, como la reutilización de aguas tratadas o la desalinización del agua de mar en zonas costeras.
- Reparación de infraestructura: Priorizar la reparación de fugas en la red de distribución de agua para reducir las pérdidas y aumentar la eficiencia del suministro.
- Captación de aguas pluviales: Fomentar y facilitar la captación y almacenamiento del agua de lluvia en edificios públicos y privados.
Administración de la demanda de agua:
- Racionamiento y horarios de abastecimiento: Establecer horarios específicos para el suministro de agua o limitar la cantidad distribuida a cada usuario para garantizar un reparto equitativo del recurso.
- Promoción del ahorro de agua: Lanzar campañas de concienciación sobre la importancia del ahorro de agua, proporcionando recomendaciones para reducir el consumo en hogares y empresas.
- Tarifas por uso excesivo: Implementar o aumentar las tarifas para quienes excedan un límite establecido de consumo de agua, incentivando así la reducción del uso.
Acciones de emergencia:
- Distribución de agua en camiones cisterna: En zonas críticamente afectadas, suministrar agua potable a través de camiones cisterna o pipas mientras se soluciona la emergencia.
- Instalación de plantas potabilizadoras móviles: Utilizar plantas potabilizadoras temporales para asegurar el suministro de agua potable a partir de fuentes disponibles que requieran tratamiento.
- Cooperación con sectores clave: Trabajar en conjunto con sectores de alto consumo, como la industria y la agricultura, para implementar medidas de reducción del uso del agua.
Estas medidas deben ser evaluadas y adaptadas a las condiciones específicas de la emergencia y la región afectada, buscando siempre minimizar el impacto en la población y en la economía, y promoviendo una gestión sustentable del recurso hídrico.