Huarache, el soldado asesinado por el que encontraron las fosas de San Fernando y que terminó en el olvido

José Antonio Huarache Julio pidió permiso para ir a casarse con su esposa al Estado de México; cuando regresaba a Reynosa, Tamaulipas, fue secuestrado por el Cártel de los Zetas

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El Huarache, el soldado asesinado por el que encontraron las fosas de San Fernando y que terminó en el olvido Imagen: Infobae México
El Huarache, el soldado asesinado por el que encontraron las fosas de San Fernando y que terminó en el olvido Imagen: Infobae México

La guerra provocada entre el Cártel del Golfo y sus ex socios del Cártel de los Zetas provocó varios sucesos violentos en Tamaulipas, principalmente en el municipio de San Fernando, donde se llevaron acabo dos de las peores masacres del país entre los años 2010 y 2011.

En San Fernando, Los Zetas asesinaron a 72 migrantes en una bodega en agosto del 2010; meses después, también secuestraron y mataron, de la peor manera, a más de 200 personas que fueron encontradas en fosas clandestinas.

El hallazgo de estos montículos de tierra se le atribuye a elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que comenzaron la búsqueda de uno de sus soldados que iba en un autobús que los sicarios, bajo las órdenes de Heriberto Lazacano Lazcano, alias Lazca, líder de Los Zetas, secuestraron.

De acuerdo con la periodista Marcela Turati, José Antonio Huarache Julio era un soldado destacamentado en Reynosa y pidió permiso para viajar un fin de semana al Estado de México para contraer matrimonio por la iglesia con su esposa.

Hurache Julio llegó a su casa la noche del viernes 25 de marzo del 2011; se casó el siguiente día y el lunes 28 del mismo mes regresó por la tarde a Reynosa, Tamaulipas.

Los Zetas y el Cártel del Golfo desataron una guerra en Tamaulipas. Imagen:  Infobae México
Los Zetas y el Cártel del Golfo desataron una guerra en Tamaulipas. Imagen: Infobae México

El soldado se comunicó con sus amigos de la zona para informarles que iba llegando a San Fernando para que lo fueran a recoger en la terminal de Reynosa; sin embargo, ya no se supó más de él.

“Como el jueves de esa semana (31 de marzo), me llamó su capitán para preguntarme si él se iba a presentar, porque sino se le iba a dar de baja. Yo le dije que se había ido desde lunes, y me dice: ‘Pues aquí no ha llegado, necesitamos que se reporte o lo vamos a dar de baja’”, contó la esposa del soldado a la reconocida periodista en 2021.

Tras indagar en su desaparición, la familia descubrió que el número del camión había sido reportado como secuestrado en San Fernando.

Por esa razón, cuenta Turati en su libro “San Fernando: la última parada”, el mando a cargo del soldado pidió refuerzos para su búsqueda y rescate.

Si bien la periodista relata que hay otras versiones de cómo se descubrieron las fosas clandestinas, la historia de Huarache forma parte de esas historias concatenadas, por lo que el 1 de abril de ese año, las autoridades federales comenzaron con la excavación de 47 fosas donde encontraron 193 cuerpos, aunque las estimaciones de otras fuentes de información apuntan que habría más de 500, señaló Marcela Turati.

Pese a que al soldado José Antonio Huarache Julio fue hallado en el 2011, junto con los otros cuerpos, los restos de esta persona le fueron entregados a su familia hasta el 2014.

En total, según las autoridades federales, se encontraron 193 cuerpos en las fosas clandestinas. (Foto: Cuartoscuro)
En total, según las autoridades federales, se encontraron 193 cuerpos en las fosas clandestinas. (Foto: Cuartoscuro)

“Nos vinieron a buscar y otra vez a tomar ADN a su mamá, su hermano, y ahora también a mis hijas, que ya no estaban tan chicas cuando él las dejó: de seis, cuatro y dos años. Se llevaron las pruebas. Como a los 20 días mandaron unas camionetas por nosotros y allá nos dieron la noticia: un cuerpo coincidia con su ADN. Entonces supimos que a él lo encontraron desde el 2011, cuando trajeron los cuerpos (a la Ciudad de México), y los restos que no fueron reconocidos quedaron en una fosa común en un panteoón; y ahí estaba él”, contó la esposa a Turati, a quien le aseguró que nunca le supieron explicar por qué no les entregaron el cuerpo de José Antonio luego de encontrarlo.

Mencionó que durante el tiempo que no le dieron informes, ella pensó que su esposo estaba vivo, aunque su “sexto sentido” le decía que no, porque en los días que lo encontraron, en abril del 2011, soñó con José Antonio.

“Estábamos como en el mar, en una lancha, y me decía: ‘Ya me voy, ya no voy a regresar´. Yo le decía: ‘¿Por qué?’. ‘Es que yo ya no puedo regresar, ahí te quedas con las niñas’. Y se fue. Se notaba tranquilo. No sé si haya sido porque, casi, casi, se fue bendecido, porque nos bendijeron en el matrimonio, él se confesó. (...) Para mí esa fue su despedida”, relató.

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