Muchas personas le temen al envejecimiento o quisieran encontrar la manera de retrasar este suceso natural, por lo que llegan a recurrir a diferentes procedimientos para que esto suceda; sin embargo, en muchos casos no son efectivos, pero recientemente se dio a conocer cuál es la proteína que es considerada como clave para que esto sea posible.
Recientemente, investigadores de la Universidad de la Ciencia y Tecnología de Hong Kong (HKUST) descubrieron una proteína que podría brindar información de mucho valor sobre la posibilidad de retrasar la llegada del envejecimiento. Este procedimiento funciona haciendo uso de células madre musculares (MuSCs) como modelo.
El hallazgo fue compartido por medio de la revista Development Cell, en el que se destaca que por medio de una proteína existe la posibilidad de intervenir contra enfermedades que tienen relación con el envejecimiento.
¿Cuál es la proteína clave para retrasar el envejecimiento?
El grupo de investigadores de la HKUST es liderado por el profesor Tom Cheung, ha logrado identificar la función de una proteína de unión a ARN, que lleva por nombre CPEB4, ya que ayuda a preservar el mantenimiento del metabolismo mitocondrial por medio de la regulación de la biosíntesis de proteínas mitocondriales.
Cuando las personas envejecen, las células experimentan un proceso conocido como senescencia, en el que dejan de multiplicarse de manera abundante y únicamente se acumulan en el organismo, provocando que suceda un deterioro celular y contribuyendo a aquellas alteraciones que se asocian con el envejecimiento.
¿Cómo funciona la célula clave para el retraso del envejecimiento?
Una vez que las células humanas comienzan a envejecer, van perdiendo su capacidad para generar energía de manera adecuada.
Por lo anterior, el equipo de investigación descubrió que, en tejidos envejecidos de ratones, los niveles de la proteína CPEB4 disminuían, principalmente en el músculo esquelético.
Otro hallazgo de relevancia es que la reintroducción de la expresión de CPEB4 en las MuSC envejecidas provocan un aumento de la producción de proteínas mitocondriales, un aumento en la producción de energía y un mejoramiento en la resistencia a la senescencia celular.
Con la reintroducción de MuSC con reexpresión de CPEB4 en ratones geriátricos llegó a la conclusión de que provocó una mejora en la reparación muscular, al igual que la expresión de CPEB4 en varias líneas celulares humanas proporcionó una mayor protección contra el envejecimiento celular.
Por lo anterior, se buscará continuar estudiando este proceso para estudiar la viabilidad de desarrollo CPEB4 como posible acción terapéutica para tratar diversas enfermedades mitocondriales.