En un reciente hecho de violencia en la región de Caborca, Sonora, tres sicarios vinculados con el grupo criminal “Los Pelones” fueron arrestados tras un ataque que dejó un saldo de cuatro jornaleros muertos y siete heridos.
Los atacantes, quienes confesaron su participación, afirmaron haber actuado bajo las órdenes de la organización delictiva, lo que hace a este grupo el principal sospechoso de este trágico evento. Este incidente subraya la persistente amenaza de la delincuencia organizada en la zona y plantea serias dudas sobre la seguridad de los trabajadores agrícolas locales.
Los implicados en este atroz acto de violencia, presuntos miembros de una estructura liderada por Omar Félix Loaiza, conocido como “El Pelón”, y dirigidos por Erick Cabrera Cabrera, alias “El Delta”, están bajo la custodia de las autoridades, quienes continúan con las investigaciones pertinentes.
Estos individuos habrían recurrido a la violencia en respuesta al incumplimiento del pago de una cuota impuesta a los agricultores de la región, los cuales son asolados por los delincuentes, quienes, en su mayoría, de manera agravante exigen dichos pagos en contra de atentar contra la integridad de los campesinos.
Las armas usadas en el ataque han sido vinculadas con la muerte de los jornaleros, lo que refuerza las pruebas en contra de los detenidos, aunque se llevaran las pruebas pertinentes para dar un fallo en el veredicto que lo vincule en su totalidad.
Larga trayectoria delictiva
“Los Pelones” es conocido por su violenta trayectoria y operaciones dentro de México, marcadas especialmente por su relación con el Cártel de Sinaloa desde su formación en 2004 y su alianza con el Cártel del Golfo desde 2012, tiempo en el que se han logrado mantener en activo en diversos lugares de México.
Igualmente, se les conoce por sus actividades en Quintana Roo, donde han mantenido un clima de violencia y extorsión en la industria del turismo. La revelación de su implicación en el ataque a los jornaleros en Sonora extiende el rango de acción conocido del grupo y subraya la urgencia de una respuesta contundente por parte de las autoridades para asegurar la justicia y proteger a la población civil.
Este incidente pone en relieve la creciente preocupación por la seguridad en áreas afectadas por la delincuencia organizada y la necesidad de una estrategia integral para combatir la influencia y el alcance de estos grupos criminales, cuyas operaciones no solo afectan la pacífica coexistencia de las comunidades sino también la infraestructura económica de regiones clave en México.