Así fue como C4 Jiménez fue clave para la captura de un exlíder de La Unión Tepito

Óscar Andrés Flores Ramírez, conocido como El Lunares, exlíder de la organización criminal conocida como la Unión Tepito, fue declarado culpable de homicidio calificado en 2022 luego de disparar en el rostro contra una mujer que se encontraba en un puesto de quesadillas en la colonia Morelos.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México solicitó una sentencia de 50 años para El Lunares, considerando la gravedad de sus acciones. Sin embargo, la autoridad judicial aplicó el principio de NON REFORMATIO IN PEIUS, que establece que quien interpone un recurso de apelación no puede recibir una sentencia más desfavorable que la inicial.

El Luna, como también era conocido, fue detenido por primera vez en febrero de 2020 cuando salía del Reclusorio Preventivo Varonil Norte. Según los informes, se convirtió en una figura de relevancia dentro de la Unión Tepito tras el arresto de otro líder conocido como El Betito.

Nacido el 5 de octubre de 1989 en la colonia Peralvillo, desde una edad temprana aspiraba a ser “el mejor de su barrio”, un deseo que lo llevó por un camino marcado por la violencia y el crimen.

El ascenso de “El Lunares” al poder dentro de La Unión fue precipitado por la captura de figuras clave como Roberto Moyado Esparza, alias “El Betito”, y David García Ramírez, conocido como “El Pistache”. Esto lo colocó en la cúspide de la organización, convirtiéndolo en el último líder visible y en una figura central en el turbulento mundo del narcotráfico en la Ciudad de México.

Sus operaciones delictivas se extendían por las colonias Guerrero, Morelos, Centro y Peralvillo, en la alcaldía Cuauhtémoc, donde ejercía su influencia y controlaba el mercado de la droga.

Se alió con grupos delictivos liderados por figuras como Lenin Jonathan Canchola Martínez, conocido como “El Lenin Canchola”, y otros grupos criminales que operan en el Centro Histórico, dedicados a la venta y distribución de droga, así como al cobro de piso y extorsión.

La violencia no era ajena a su mundo. La disputa territorial con sus enemigos, La Anti-Unión, cobró vidas, incluidas las de tres familiares y colaboradores, el 10 de octubre de 2019 en el Mercado San Camilito, en La Lagunilla.

A pesar de su peligrosidad, contaba con una amplia red de protección policial y seguridad privada. Sus hombres armados patrullaban las calles de la colonia Morelos y Tepito, incluso llegando a ser captado a bordo de un racer escoltado por motocicletas y cuatrimotos.

Su detención ocurrió apenas un mes después de que escapara de las autoridades en enero de 2020, cuando fue capturado en Hidalgo por agentes de la Secretaría de Marina y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, luego de intentar evadir la justicia a través de una red de vecindades interconectadas.

En una entrevista con C4 Jiménez para el canal de Youtube Criminalmente, este periodista conocido por su profundo conocimiento de la vida y dinámicas en Tepito, relató una de sus tantas historias sobre su cobertura del crimen organizado, la vez que dio a conocer información sobre: El Lunares.

Nacido y criado en Tepito, recibió su apodo debido a un lunar prominente en su rostro, un rasgo distintivo que lo acompañaría a lo largo de su vida. Aunque inicialmente descontento con el apodo, eventualmente lo abrazó, convirtiéndolo en parte de su identidad.

Desde temprana edad, demostró una habilidad para organizarse y llevar a cabo operaciones. Se dedicó a actividades ilícitas como la extorsión, controlando sectores específicos del comercio en Tepito. Su influencia creció hasta convertirse en una figura temida y respetada dentro del barrio, incluso entre las grandes familias que tradicionalmente ejercían control.

El control de El Lunares sobre la Unión en Tepito era absoluto. Extorsionaba a vendedores de diversa índole, desde vendedores ambulantes hasta negocios establecidos, generando un clima de temor entre los habitantes del barrio.

Sin embargo, a medida que su poder se consolidaba, también despertaba la resistencia entre aquellos que se veían afectados por sus prácticas. La comunidad comenzó a sentir el peso de su opresión y respondió buscando una salida.

Según Jiménez, la comunidad de Tepito comenzó a contactarlo de manera anónima para informarle sobre este individuo y cómo estaba llevando a cabo actividades extorsivas dentro del barrio. Estos informantes temían represalias, por lo que optaron por permanecer en el anonimato.

El periodista comenzó a investigar la veracidad de esta información y confirmó que El Lunares era una figura conocida dentro de Tepito pero desconocida para el resto del mundo. Decidió publicar la historia , incluyendo una fotografía que le fue proporcionada de manera clandestina.

La repercusión fue inmediata: lonas con la fotografía tomada por Jiménez, aparecieron en toda la colonia de Tepito. La comunidad exigía que las autoridades detuvieran a este individuo que estaba causando estragos en el vecindario.

Sin embargo, El Lunares no se quedó de brazos cruzados. Alegó que Jiménez lo había estafado, lo que provocó aún más confusión en la situación. Este criminal se sintió perseguido y marcado, mientras que Jiménez continuaba recibiendo información sobre sus actividades criminales.

C4 describió un incidente en la colonia Río Blanco, donde estaba grabando un reportaje. Recibió una llamada de un amigo en la policía, quien lo alertó sobre la presencia de personas sospechosas vigilándolo. Rápidamente, se desplegaron medidas de seguridad y se coordinó su evacuación del lugar.

El periodista explicó cómo las autoridades interceptaron las comunicaciones del padre de El Lunares, quien estaba coordinando el intento de ataque. En una conversación telefónica, esta persona dio detalles precisos sobre la ubicación de Jiménez, confirmando así la existencia de un plan para atacarlo.

La rápida acción de las autoridades y el equipo de seguridad del comunicador evitó una tragedia. La camioneta blindada en la que se refugió fue crucial para su protección.