La mañana del 6 de febrero, habitantes y medios locales de Chilpancingo, Guerrero compartieron imágenes que mostraban al municipio como un pueblo fantasma. Las calles solitarias reflejaron el temor de la población ante el ambiente de inseguridad que dejó un saldo de al menos tres transportistas asesinados.
Reynaldo fue atacado a tiros en la colonia Las Torres mientras se encontraba en la urvan que conducía. A Gilberto Sánchez lo ejecutaron frente al mercado del barrio San Francisco. Arturo García fue asesinado y su cuerpo quedó calcinado por el fuego que sujetos desconocidos le prendieron a su taxi cuando aún estaba en el asiento del piloto. Todo entre las seis y las nueve de la mañana del 5 de febrero.
Los ataques y amenazas contra operadores del transporte provocaron que múltiples rutas interrumpieran su servicio. Sumado a ello, múltiples escuelas del municipio suspendieron las actividades académicas que estaban pensadas para efectuarse de manera presencial el 6 de febrero.
La Escuelas Secundarias Generales ‘Heberto Castillo Martínez’ y ‘Raymundo Abarca Alarcón’, el Centro Escolar Chilpancingo y la Universitare Americane Mexique A.C. fueron algunas de las instituciones que tomaron estas medidas para proteger a su comunidad.
Sobre este tema, el titular de la Secretaría de Educación de Guerrero (SEG) Marcial Rodríguez Saldaña fue entrevistado por un medio local, pero en la conversación manifestó su desconocimiento de los hechos.
“El calendario oficial marca suspensión sólo el día 5 [...] No hay ningún llamado a que no haya clases”, fueron las primeras declaraciones de Rodríguez Saldaña.
Ante esto, el reportero cuestionó si los hechos suscitados durante la mañana de ese día tendrían alguna repercusión. “En específico, ¿qué acontecimientos? A ver dime”, contestó el secretario.
Cuando el reportero hizo mención de la suspensión de múltiples rutas de transporte, ocasionada por la violencia, el funcionario dijo “Ah, pues ya ves que hoy es 5 de febrero y la gente festeja la constitución política, ¿no? Por eso, yo creo”.
Según reportes de seguridad compartidos por el periodista Héctor de Mauleón, la violencia que azota a Chilpancingo se deriva de la disputa que mantienen Los Tlacos y Los Ardillos en la región.
Aunque anteriormente la violencia se contenía en la zona de la sierra, después de las elecciones de 2021 —en las que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) resultó ganador gracias a supuestos apoyos de Los Tlacos— la agrupación de Los Ardillos decidió llevar la pugna a la capital.