Este 5 de febrero se conmemora el aniversario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, un hito que ha jugado un papel fundamental en la estructura jurídica y social del país desde su adopción en 1917.
Este documento no solo es el corazón de la legislación mexicana, sino también un símbolo de la soberanía y los valores democráticos de la nación. La Constitución de 1917, resultado de la Revolución Mexicana, fue la primera en el mundo en incluir derechos sociales, tales como el derecho al trabajo, a la educación, y a la tierra.
Su promulgación marcó el inicio de una era de reformas estructurales destinadas a erradicar las desigualdades profundamente arraigadas en la sociedad mexicana de aquel entonces.
A lo largo de los años, la Constitución ha experimentado diversas modificaciones para adaptarse a los cambios sociales, políticos y económicos del país. Sin embargo, su esencia sigue siendo la misma: establecer las bases con el objetivo de lograr un México justo, equitativo y democrático.
La conmemoración de este aniversario no solo sirve como un recordatorio de los logros alcanzados a través de los años bajo el marco de esta ley fundamental, sino también como un momento de reflexión sobre los desafíos que aún enfrenta la nación en su camino hacia la plena materialización de los derechos y libertades consagrados en este histórico documento.
¿En dónde está la Constitución Mexicana?
El Archivo General de la Nación (AGN), situado en el emblemático Palacio Negro de Lecumberri en la Ciudad de México, custodia uno de los tesoros más significativos de la nación: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Este importante monumento histórico, que inició su operación el 29 de septiembre de 1900 bajo el diseño del reconocido arquitecto Antonio Torres Torija, inspirado en las teorías del filósofo inglés Jeremías Bentham, fungió como la Penitenciaría del Distrito Federal durante 75 años.
Transformado en el resguardo del patrimonio documental del país por un decreto presidencial el 26 de mayo de 1977, el AGN ha sido el hogar de la Constitución desde 1982.
El documento constitucional, que se encuentra en la bóveda de seguridad del AGN, se distingue por su empastado en piel color café con ornamentaciones en gofrado dorado, incorporando un broche metálico que refleja los colores de la bandera mexicana. Protegido dentro de un estuche de madera revestido en seda, la Constitución es un testamento de los ideales que guiaron la nación post-revolucionaria.
Firmada el 5 de febrero de 1917 por 209 diputados en el Teatro Iturbide de Querétaro, después de dos meses de rigurosos debates que marcaron el nacimiento del constitucionalismo social en México, este documento ha sido el pilar sobre el cual se han edificado los derechos individuales y sociales, la soberanía popular, la división de poderes, la dirección económica estatal y la separación entre la Iglesia y el Estado.
Redactado meticulosamente a mano por el calígrafo oficial del Congreso, Perfecto Arvizu Arcaute, los 136 artículos distribuidos en 9 títulos de la Constitución reflejan el compromiso del país con la justicia y la equidad.
¿Qué más se puede encontrar en el AGN?
El AGN no sólo es el custodio de la Constitución Mexicana, sino también el guardián de un vasto patrimonio documental que narra la rica historia del país desde la época novohispana hasta el periodo nacional iniciado en 1821.
Abarcando aproximadamente 375 millones de hojas, equivalentes a unos 52 kilómetros de documentos, el AGN organiza su acervo en fondos que contienen registros desde la tercera década del siglo XVI hasta el año 2012.
Los documentos albergados en el AGN son esenciales para reconstruir la historia mexicana. Entre ellos se encuentran piezas de relevancia mundial que han sido incluidas en el registro Memoria del Mundo de la UNESCO, subrayando su importancia global.
La variedad de documentos que resguarda es impresionante, desde escritos firmados por Hernán Cortés en el siglo XVI, pasando por joyas históricas como el Códice del Marquesado del Valle, el Códice Techialoyan de Cuajimalpa, hasta documentos fundacionales de la nación como el Acta de Independencia de 1821, y diversas constituciones que han marcado el curso político de México.
También se preservan documentos cruciales para comprender el movimiento independentista y revolucionario, como los “Sentimientos de la Nación” de José María Morelos y Pavón, así como la correspondencia entre figuras emblemáticas como Emiliano Zapata y Francisco Villa. Además, el AGN alberga los archivos presidenciales desde Francisco I. Madero hasta Felipe Calderón Hinojosa, ofreciendo una perspectiva única sobre la gestión gubernamental y los cambios políticos a lo largo de más de un siglo.
Adicionalmente, el AGN posee un acervo fotográfico con cerca de 5 millones de piezas que datan desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, catalogándolo como una de las fototecas más grandes y relevantes del país. Este acervo permite un viaje visual a través de la historia de México, destacando colecciones como las de los Hermanos Mayo, Díaz Delgado y García, e Ignacio Avilés, que no solo documentan momentos históricos, sino que también ofrecen una ventana a las técnicas fotográficas empleadas a lo largo del tiempo.