El presunto financiamiento del Cártel de Sinaloa a la primera campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador habría tenido como uno de sus escenarios de “negociaciones” la casa en la colonia Roma de la Ciudad de México que el ahora mandatario nacional utilizó para el proceso de transición luego de ganar las elecciones en junio de 2018.
En la segunda parte de la investigación de Anabel Hernández titulada “¿Qué pasó con la investigación a campaña 2006 de AMLO?” la periodista escribe que uno de los personajes claves en la trama, Mauricio Soto Caballero, se convirtió en un “infiltrado” de la Agencia para el Control de Drogas (DEA) para engañar a Nicolás Mollinedo y grabarlo a escondidas en las oficinas que AMLO tenía en la casa de la colonia Roma.
En el texto de Anabel Hernández no se precisa cual fue el resultado de la plática que Mollinedo y Soto Caballero tuvieron en la CDMX; sin embargo, ahonda en la supuesta vinculación del segundo -miembro del Congreso Nacional de Morena- con Roberto López Nájera -exabogado de “La Barbie”, lugarteniente del Cártel de Sinaloa- y un agente encubierto de la DEA para unirse a las filas del crimen organizado.
Diez kilogramos de cocaína serían el primer trabajo de Soto Caballero; pero era una trampa para detenerlo y ofrecerle ser presentado ante una corte federal, llevarlo a prisión o “firmar un acuerdo de culpabilidad y colaboración” para continuar con las investigaciones del presunto financiamiento del Cártel de Sinaloa a AMLO. Aceptó -según Anabel- éste último y por eso grabó a Mollinedo en la casa de la colonia Roma.
Qué pasó con la oficina de AMLO en la colonia Roma
El número 216 de la calle Chihuahua fungió como casa de campaña de AMLO para los procesos electorales de 2012 y 2018 para lo cual pagó alrededor de 130 mil pesos mensuales, sin embargo, tras el triunfo de la llamada 4T la dirigencia nacional de Morena decidió comprar el inmueble a la empresa Top Real Estate Company, vinculada a un excolaborador del titular de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Barttlet.
La compra no llegó a buen término por diversas situaciones: el inicio de la pandemia de Covid-19, el incumplimiento de dos años del pago de renta, la ocupación del inmueble por militantes de Morena inconformes por el nombramiento de Mario Delgado como líder del partido guinda.
Después de una serie de demandas la actriz y cantante Alejandra Ávalos -dueña de la casa- pidió la ayuda del Presidente para desalojar a los morenistas y consiguió que las autoridades de la CDMX los desalojaran; empero, los abogado de Morena la contra demandaron por desalojar a miembros del partido con el que se tenía un contrato vigente, pese a que tenían dos años sin pagar la renta, señaló Ávalos en entrevista para Aristegui Noticias.
A principios de 2023 el Comité Ejecutivo Nacional de Morena confirmó la recuperación de la casa que en el año 2020 la entonces presidenta del partido, Yeidckol Polevnsky, anunció que comprarían por 42 millones de pesos para convertirla en un museo del camino a la presidencia de AMLO.
El texto de la periodista Anabel Hernández y la supuesta grabación entre Soto Caballero y Mollinedo habría ocurrido en el año 2011, justo antes de que AMLO anunciara su segunda candidatura presidencial y también previo a que prescribiera el delito perseguido por la DEA.
En esa casa -dice Hernández- Soto Caballero le manifestó su “preocupación” por que algunos de los personajes detenidos en la “Operación Limpieza” lo vincularan con el Cártel de Sinaloa: “El chofer (Nicolás Mollinedo) y operador de AMLO dijo que ya había hablado con la esposa de uno de ellos y que no había de que preocuparse”.
En entrevista para Astillero Informa, Mauricio Soto Caballero negó haber sido detenido por las autoridades de EEUU y fungir como “infiltrado” de la DEA.