Desde las primeras horas del 1 de febrero, habitantes de diversas comunidades al sur de Culiacán, Sinaloa, reportaron una intensa movilización de las Fuerzas Armadas.
Según la información disponible, elementos del Ejército y la Secretaría de Marina (Semar) se desplazaron por tierra y aire por la sindicatura de Pueblos Unidos, ubicada a una hora del centro de la capital.
La presencia de agentes castrenses desató la preocupación entre quienes habitan las localidades de El Salado, Quilá, Emiliano Zapata y Oso Viejo, por lo que se reportó que varias escuelas decidieron suspender sus actividades.
Fuentes consultadas por este medio señalan que, aparentemente, la zona en la que fue perceptible el operativo militar está bajo el control de la facción del Cártel de Sinaloa que lidera Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
Extraoficialmente trascendió la hipótesis de que las fuerzas federales implementaron dichas acciones con el objetivo de capturar a un lugarteniente de Zambada García.
Sin embargo, hasta el momento de la presente publicación, ninguna institución de dicho nivel de gobierno ha realizado pronunciamientos respecto a este asunto.
Gobernador Rocha Moya descartó cacería de un jefe criminal
Ante las suposiciones sobre un despliegue de las Fuerzas Armadas en busca de un líder criminal de alto rango, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, brindó una breve entrevista a medios locales en la que hizo un llamado a la calma.
Según sus declaraciones retomadas por Luz Noticias, se reunió con el general de la Novena Zona Militar —ubicada en Culiacán— y no tuvo noticias de algún operativo con estos fines.
“Que no haya pánico, que yo sepa no hay operativo ahí, el general de la Novena Zona Militar estuvo conmigo y no me informó de un operativo”, aseguró Rocha.
Actualmente, a sus 75 años, ‘El Mayo’ Zambada encabeza la facción de Los Mayos y mantiene una disputa frontal contra Los Chapitos o Los Menores, escisión comandada por los herederos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Además, según recientes revelaciones del Gobierno de EEUU, sostiene vínculos con la familia de Caro Quintero y los remanentes del Cártel de los Beltrán Leyva.
Desde 2003, las autoridades de EEUU han emitido al menos seis acusaciones en su contra, desde seis Cortes de Distrito diferentes, por delitos relacionados con el narcotráfico. Y aunque varios de sus familiares han sido enjuiciados, él no ha pasado un sólo día en la cárcel.