“No vengo a defender monjas”: el corrido de Raquenel Villanueva, la abogada que tenía de clientes a narcos

Silvia Raquenel Villanueva Fraustro, fue una reconocida abogada regiomontana, la cual se volvió a famosa gracias a su importante labor como litigante, debido a la facilidad con la que ganaba los casos en su ciudad.

De inmediato, su fama fue aumentando a tal grado de que la buscaban personas de otras partes del país, por lo que no solo trabajaba en Monterrey, pues también viajaba a la Ciudad de México, donde también ganó casos.

Su gran fama, trajo hacia ella a peligrosos criminales, quienes lograban obtener su libertad debido a que nadie podía con ella, hasta que comenzó a ser víctima de diversos atentados, siendo el primero en abril de 1988, cuando una bomba de fabricación casera semidestruyó su despacho.

Beto Quintanilla se inspiró de estos sucesos para componerle un corrido, el cual lleva su nombre como título, en el que habla de los momentos más importantes en su vida.

“Se apellida Villanueva y radica en Monterrey, de profesión licenciada, es valiente la mujer, terror de los tribunales le apodan a Raquenel, que defiendes puros narcos, así le decía un juez, que sumas muy millonarias, tú cobras, por defender y por sacar delincuentes que yo acabo de meter”, comienza la canción de Beto Quintanilla.

En este fragmento de la melodía, en el que menciona que “no viene a defender monjas”, se refiere a las críticas recibidas por defender a narcotraficantes, extorsionadores, entre otras personas que tenían problemas evidentes con la justicia.

“Sé que a muchos incomoda mi forma de trabajar, pues, no tengo compromisos con ninguna autoridad, ellos pelean el encierro, yo peleo la libertad, no vengo a defender monjas ni sacristanes ni curas, vengo a sacar a mis clientes que solicitan mi ayuda, de que les cobro, les cobro, eso no le quede duda”, continúa la canción.

Fue en 1990 cuando nació su única hija, por lo que tenía que dividirse entre ser madre y el litigio, sin embargo, podía realizar su trabajo con normalidad, al defender a personas que era más evidente que eran culpables.

“Es una madre soltera y la niña es su querer, por ser noble y justiciera, la trata el mundo al revés, pues la maldad de los hombres, se ensañan con la mujer”, sigue la melodía.

Su peligrosa labor la llevó a ser víctima de diversos atentados, pero el que le puso punto final a la abogada, fue el del 9 de agosto de 2009, en el interior de un centro comercial en Monterrey, Nuevo León.

“Ya son muchos atentados y Dios la deja vivir, la maldición del culpable, tal vez, esté por venir, dejen a Dios que decida a quién le toca morir”, finaliza la melodía.