Así es la iglesia que El Lazca, líder de Los Zetas, construyó en Hidalgo y donde lo festejan cada Día de la Candelaria

El Lazca, el sanguinario líder de Los Zetas construyó una iglesia y pavimento las calles de la colonia donde vivió su niñez en Pachuca, Hidalgo

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Heriberto Lazcano, la iglesia El
Heriberto Lazcano, la iglesia El Tezontle

Una cruz enorme de acero da la bienvenida a los vecinos de la colonia El Tezontle en la ciudad de Pachuca, Hidalgo, se trata de la entrada a la Iglesia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, pero también un recordatorio de las “buenas acciones” realizadas por los narcotraficantes, pues el templo fue construido por Heriberto Lazcano, alias “El Lazca”, a quien se le recuerda y conmemora cada 2 de febrero, Día de la Candelaria.

Los dos portales detrás de la cruz son adornados cada Día de la Candelaria con arreglos florales, una fotografía del sanguinario líder de Los Zetas y el nombre de Heriberto Lazcano Lazcano, abatido -presuntamente- el 7 de octubre de 2012 tras un enfrentamiento con el Ejército Mexicano en Progreso, Coahuila.

La iglesia fue construida por orden del narco en el año 2010, su localización se bebió a los 15 años que vivió en la región después de emigrar del estado de Veracruz y antes de viajar a Tamaulipas para unirse a las filas del brazo armado del Cártel del Golfo.

“El Lazca” habría estado al servicio del Ejército Mexicano por ocho años, alcanzando el grado de cabo, sin embargo, decidió unirse al grupo de élite que cuidaría de Osiel Cárdenas, entonces líder del Cártel del Golfo, y que más tarde formaría su propia organización criminal con el nombre de Los Zetas.

'El Lazca' fue uno de
'El Lazca' fue uno de los líderes más sanguinarios del cártel de la última letra. (Especial)

La iglesia y tumba de “El Lazca”

Además de la iglesia que se erige en el centro de Pachuca, el exlíder de Los Zetas, señalado por comerse y obligar a sus subalternos a comerse a sus rivales, también construyó un mausoleo para que lo enterraran cuando su vida como criminal llegara a su fin.

Sin embargo, a 11 años de su muerte, la tumba que también custodia una cruz de metal similar a la de la iglesia (pero más pequeña) continúa vacía, la razón: el cuerpo de “El Z-3″ o “El Verdugo”, como también lo conocían, fue robado de la funeraria después de su asesinato.

La versión oficial es que un comando armado ingresó a la funeraria durante la noche del 7 de octubre de 2012 y obligó al dueño del establecimiento a subir el cuerpo de “El Lazca” a una camioneta y manejar hasta los límites con Nuevo León donde otro vehículo se llevó al criminal abatido.

Aunque la entonces Procuraduría General de la República (PGR) tomó fotos del cuerpo de “El Lazca”, le practicó exámenes de ADN y se le tomaron las huellas dactilares para confirmar su identidad, el rumor de que no se trataba del exlíder de Los Zetas corrió como humo.

Heriberto Lazcano, el jefe de
Heriberto Lazcano, el jefe de los Zetas

El guardián de la tumba de “El Lazca”

El Día de la Candelaria del año 2022 la revista Proceso recordó a Andrés Torres, el encargado del panteón ejidal de San Francisco, donde se encuentra el mausoleo que “El Lazca” se mandó a construir para su eterno descanso.

El guardián había narrado que desde el año 2013 cada 2 de febrero esperaba que el sanguinario narco apareciera en la iglesia que mandó a erigir, también se aposentaba en su tumba para que le informaran sobre su paradero, pues suponían que su muerte fue fingida.

Don Andrés, a sus 75 años, recordó la niñez del narco abatido en 2012: “era blanquito, flaquito, yo lo recuerdo bien porque andaba luego conmigo arriando las borregas”, indicó al medio antes de su muerte el 7 de junio de 2021.

Este viernes se conmemorará un año más del Día de la Candelaria y la iglesia de “El Lazca” ya alista la fiesta que como cada año se realizará en el templo; aunque no se espera la llegada del narco ni de Don Andrés, si se prevé que la familia Lazcano Lazcano patrocine los festejos y envíe un arreglo floral para recordar al narco que ayudó a su población con la pavimentación de calles y la edificación de un santuario a su devoción católica.

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