Durante el mandato de Ernesto Zedillo como presidente de México (1994-2000), se llevó a cabo una significativa reforma en el sistema judicial del país. En el año 1994, se aprobó una modificación constitucional que transformó la estructura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Anteriormente compuesta por 26 ministros, la reforma redujo este número a 11. Este ajuste tuvo como finalidad optimizar el rendimiento del tribunal supremo, garantizar un mayor grado de especialización y profesionalismo entre sus integrantes, así como asegurar la independencia e imparcialidad del Poder Judicial. El cambio es considerado un hito en la historia reciente de México por su impacto en la manera que se distribuían los puestos y la percepción de la SCJN.
Aunque muchos consideran a la acción como un acto de oportunismo para que Zedillo operara con total libertad las reformas que tenía planeadas para su sexenio, al tener ministros a modo, puedo consolidar cambios como la Privatización de los trenes de pasajeros, hasta extinguirlos totalmente, el FOBAPROA, la reforma a las pensiones del 97, en la que prácticamente los trabajadores retirados fueron obligados a recibir como pensión el 50% del salario en lugar del 100%
Como parte de la reestructuración, la reforma incluyó la creación del Consejo de la Judicatura, la incorporación de nuevos recursos legales y la jubilación inmediata de todos los ministros en función hasta esa fecha. El Congreso tuvo un papel fundamental en esta transformación, aprobando las modificaciones propuestas por Zedillo.
La reorganización del poder judicial fue considerada como uno de los cambios más importantes desde 1824 y se desarrolló bajo una premisa de reinvención y purga de influencias previas, particularmente aquellas asociadas con las administraciones de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari.
El proceso fue rápido y ocurrió en un contexto tumultuoso para el país, que se enfrentaba a desafíos económicos significativos, conocidos como el “error de diciembre”, y tensiones políticas, incluidas las actividades del EZLN. Sin embargo, la renovación de la Corte no captó tanta atención mediática en contraste con estos otros problemas nacionales.
La composición actual y el funcionamiento de la SCJN guardan sus bases en aquellos cambios, con un pleno y dos salas; los ministros ahora también eligen a su presidente cada cuatro años. Destacados juristas han analizado estos eventos, incluso sugiriendo que la acción podría considerarse un “golpe de Estado” dentro del marco legal, dada la magnitud de la intervención en el poder judicial.
La reorganización de la SCJN finalizó con la selección de 11 nuevos ministros de una lista propuesta por Ernesto Zedillo, algunos de los cuales lograron unanimidad en el Senado para su nombramiento. Esta acción no solo marcó el inicio de una nueva era para la justicia mexicana sino que también redefinió el equilibrio de poderes, enfatizando la importancia de la independencia y renovación judicial como elementos centrales de una democracia en evolución.
Declaraciones contra AMLO
En un crítico señalamiento hacia las corrientes populistas en América Latina, Ernesto Zedillo, expresidente de México, expresó su preocupación por la regresión democrática en el continente. Durante su participación en el foro Activer Day, el primer evento en México al que acude el exmandatario en años.
Zedillo destacó la importancia de que los ciudadanos crean en la democracia por encima de los cultos de personalidad, sin hacer mención directa a nombres específicos, pero en un contexto donde las alusiones parecen dirigirse hacia ciertos liderazgos actuales como el del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El evento, que contó con la asistencia de aproximadamente 500 empresarios que recibieron a Zedillo con aplausos, se convirtió en un escenario para discutir los desafíos contemporáneos de la región. En su intervención, Zedillo recalcó que la solución a los problemas no debe buscarse en “buenos deseos”, sino en acciones concretas que fortalezcan las instituciones democráticas y promuevan una verdadera participación ciudadana en los procesos políticos.
Esta aparición de Ernesto Zedillo, un destacado político a nivel internacional por su gestión como presidente de México de 1994 a 2000, resalta la relevancia del debate sobre el populismo y la democracia en Latinoamérica.
Su llamado a evitar la regresión democrática en la región se enmarca en un contexto global de tensiones políticas y cambios sociales que ponen a prueba la solidez de las instituciones democráticas.
La preocupación por el populismo no es exclusiva de Zedillo. En los últimos años, diversos analistas y líderes políticos han señalado a esta corriente como una de las principales amenazas para la consolidación democrática en distintos países.
Sin embargo, la intervención de un expresidente como Zedillo otorga mayor peso a estas advertencias y subraya la necesidad de diálogos constructivos que refuercen los valores democráticos.
No obstante al final del evento salió escoltado por un fuerte cuerpo de seguridad no permitiendo que nadie del pueblo se acercara a saludarlo o a cuestionarlo.