“Cada hombre tiene su propio destino” es quizá una de las frases más célebres en la historia del cine; el autor, Vito Corleone, protagonista de “El Padrino”, quien encabezó la familia criminal más célebre de Hollywood y que quizá inspiró a otra familia -pero en el mundo real- que construyó un imperio con el tráfico de drogas a 250 kilómetros al sur: los Arellano Félix.
Uno de los mayores expertos en la familia Arellano Félix fue el periodista Jesús Blancornelas, y es él quien entrelaza las historias criminales de los hermanos que se adueñaron de Tijuana con la ficción de los Corleone. Para empezar -advierte- la detención de Benjamín Arellano Félix ocurrió en marzo del año 2002, exactamente 30 años después del estreno mundial de “El Padrino”.
Lejos de la coincidencia en las fechas, el Cártel de Tijuana contaba entre sus filas con el impulsivo Ramón Arellano Félix -asesinado un mes antes de la caída de Benjamín-; encargado de la fuerza armada de la organización criminal; orquestador de atentados contra El Mayo Zambada, El Chapo Guzmán y “El Cochiloco”, entre otros (muchos); y con similitudes a Sonny: “atrabancado, violento y hablantín; le hervía la sangre en un tronar de dedos”, así lo describió Blancornelas.
Sonny no sólo es el primogénito de Vito Corleone, es también el heredero de su imperio; por eso siempre estaba junto a él cuando tomaba decisiones importantes; era protector de Connie y Michael (sus hermanos); su carácter impulsivo lo hizo salir corriendo cuando supo que Carlo (su cuñado) golpeó a Connie: la iba a defender pero cayó en una trampa y lo asesinaron: Carlo trabajaba con los Barzini, rivales de los Corleone.
A principios de 2002, El Mayo Zambada y sus hijos ya se habían salvado de varios atentados orquestados por Ramón Arellano Félix, por eso cuando un hombre fue detenido en Guadalajara y cantó que “El Señor del Sombrero” armaría una fiesta en el Carnaval de Mazatlán no se lo pensó dos veces; el acelerado narco juntó a un grupo de sicarios y se fue a Sinaloa. Un error que no volvió a cometer: era una trampa.
Sin herederos: El Padrino y el Cártel Arellano Félix
Antes de pasar a Michael y Connie (Eduardo y Enedina Arellano Félix), Jesús Blancornelas nos habla de Fredo, el segundo hijo de Vito Corleone que jamás se interesó mucho por los negocios criminales de su padre: eso sí, disfrutaba de la fiesta, la buena ropa, las mujeres y el dinero; algo así como Francisco Rafael Arellano Félix, el narco amigo de Julio César Chávez al que asesinó un payaso durante su última fiesta de cumpleaños en el año 2013.
Cuando Sonny es asesinado Michael Corleone toma las riendas de la familia y los negocios: tenía un carácter más reservado y más frío que Sonny, pocas veces se metía en problemas; sin embargo, apenas es el jefe ordena matar a los hombres que quisieron asesinar a su padre y sin pensarlo ni impulsos, decide dejar viuda a Connie: el mensaje era no perdonar a los traidores.
“El Doctor”, Eduardo Arellano Félix, tenía un carácter similar a Michael: un bajo perfil y siempre desapercibido ante la sombra de sus hermanos; aun así, las autoridades de EEUU lo detuvieron en 2008 y lo condenaron a 15 años de cárcel (sólo cumplió 13).
Las coincidencias alcanzan al fundador del Cártel de Tijuana, Jesús Labra, considerado tras el ascenso de los Arellano Félix al control de la ciudad como una especie de “consejero” hasta que el Ejército Mexicano lo obligó a ponerse de rodillas, levantar las manos y rendirse (la foto existe); al estilo de la mafia italiana, “Don Chuy” sería en “El Padrino” Tom Hagen, il consiglieri de Don Vito Corleone.
El presente de los Arellano Félix
Lo que Jesús Blancornelas vio pero ya no escribió en su libro “El Cártel” fue la detención de Francisco Javier “El Tigrillo”, el menor de los hermanos Arellano Félix arrestado en 2006 y condenado a 23 años de prisión. Se creía que él podría tomar las riendas del Cártel de Tijuana.
Se rumora que la líder de la familia Arellano Felix siempre fue Enedina, “La Narcomami”, encargada de lavar el dinero de la organización criminal, empresaria inmobiliaria y dueña de farmacias por todo Jalisco; la mujer que nunca fue detenida y pudo gozar de los frutos de sus hermanos; aunque en “El Padrino” su papel sería Connie, su presente se parece más a lo que añoraba Michael: dejar la vida criminal para que sus hijos y nietos heredaran el negocio.
Hoy el control del Cártel de Tijuana seguiría en Enedina y su hijo Luis Fernando Sánchez Arellano; aunque hay otra camada de narcojuniors llamados “Los Benjamines”, hijos de Benjamín y Francisco Javier, que quieren retomar el control de la ciudad fronteriza; por desgracia ya no hay más películas de “El Padrino” que nos adelanten el futuro de la familia que dominó la frontera por más de dos décadas.