“Te tengo ubicado, cabrón”. Pobladores de Chicomuselo, Chiapas, grabaron el momento exacto en que militares intentaban acceder a la región serrana del estado para intentar frenar la ola de violencia desatada por los enfrentamientos entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) que tienen bajo terror -o los obligan a dejar sus casas- a miles de pobladores de la entidad más militarizada del país. En junio de 2022 más de 17 mil soldados fueron desplegados a Chiapas; para septiembre de 2023 otros 800 militares se sumaron a las tareas de seguridad pública.
De acuerdo con una investigación de la periodista Mathieu Tourliere en Chiapas hay un médico por cada dos militares y cinco maestros por cada soldado; es también la entidad con mayor pobreza extrema del país (28.2%) y el lugar de nacimiento de más de cinco mil desplazados: tres mil de ellos en 2023 y cerca de dos mil 300 en los primeros 15 días de enero. La Mayoría de las familias que dejaron atrás sus hogares vivían en Chicomuselo, Socoltenango y La Concordia, según información del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba).
La razón para dejarlo todo está íntimamente relacionada con los mil 277 homicidios documentados -según fuentes federales- en todo el 2023, de ellos 500 fueron calificados como dolosos; pero también se vinculan con los hostigamientos, amenazas y el reclutamiento forzado que el narco está imponiendo en la región para hacer frente en la guerra que se disputa por la frontera con Guatemala.
“El presidente ha rechazado utilizar el uso de la fuerza, de tal manera que hoy la guerra no es contra el gobierno, la guerra es contra la sociedad, es contra el pueblo”: Ricardo Ravelo.
Masacres, desplazados y récord de homicidios con AMLO
Contrario a la estrategia de Felipe Calderón de lanzarse de manera frontal en una “guerra contra el narco” -comandada por un secretario de Seguridad Pública señalado de vínculos con los criminales-, el presidente Andrés Manuel López Obrador apostó por la política de “abrazos, no balazos”. No con buenos resultados pues de diciembre de 2018 a diciembre de 2023 se contabilizaron 170 mil 800 personas asesinadas en todo el país; más que en los sexenios de Calderón Hinojosa y Peña Nieto.
Lo que está pasando en Chiapas -afirmo Ricardo Ravelo en entrevista para Infobae México- da cuenta de que la guerra es entre el crimen organizado y grupos sociales; también lo que ocurrido en Texcaltitlán, Estado de México, es otro ejemplo: “como se defendieron ante el cobro de piso de La Familia Michoacana”.
Ante la falta de garantías del Estado, pobladores de Jalisco se están armando para hacer frente a las extorsiones y amenazas del CJNG, destaca el autor del libro “El amo de Jalisco: Un gobierno con estructura criminal”.
Pero los ataques de células del narco contra pobladores se extienden a otras regiones como Tierra Caliente, en los estados de Michoacán, Morelos, Guerrero y Estado de México: para muestra las masacres de Heliodoro Castillo y Petatlán registradas en las últimas semanas; sin olvidar los secuestros y muertes de los jóvenes de Celaya, Lagos de Moreno (aún sin confirmarse el fallecimiento) o la irrupción de sicarios durante una posada en Salvatierra, Guanajuato que dejó a 13 personas asesinadas.
Ricardo Ravelo recuerda que lo que está en juego no sólo son las rutas para el trasiego de droga o el control de las plazas para la venta de narcomenudeo y otros delitos como extorsión; también está en disputa la defensa del territorio y de los recursos naturales que darán los grupos indígenas y los productores agrícolas que “ante la ausencia del Estado están recurriendo a las armas para defender su patrimonio”.
Cuestionado sobre su política de “abrazos, no balazos”, el mandatario nacional ha reconocido que su administración ya supera en número de homicidios a Calderón y Peña Nieto, pero: “Es herencia del pasado”, sostiene.