En el escenario del deporte mexicano, donde nacen los mitos y los datos curiosos, el fútbol profesional no queda libre de historias enigmáticas y leyendas que tejen lo sobrenatural con la realidad.
Entre ellos, destaca el “hechizo” que, según, afectó al Cruz Azul, impidiéndole alzar la copa durante largos períodos, y las sugestivas leyendas en torno a “ofrendas” durante la construcción del Estadio Azteca.
Oficialmente denominado “Estadio Guillermo Cañedo” en tributo a un ejecutivo clave en su concepción, fue renombrado en 1997. A pesar de las denominaciones oficiales, este gigante deportivo sigue siendo simplemente el Estadio Azteca para México. Los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares Alcérreca fueron los encargados de su diseño.
Inicio del mito “coloso”
La colocación de la primera piedra en agosto de 1962 marcó el inicio de la construcción, que terminó en 1966 con un partido inaugural entre el América y el Torino Futbol Club de Italia el 29 de mayo.
La leyenda urbana que circunda el Estadio Azteca sugiere que durante su construcción, varios albañiles fueron enterrados vivos en sus cimientos. Se especula que esta práctica buscaba dar solidez estructural, siguiendo tradiciones en la zona.
Aunque se afirma que esta macabra historia era común en el siglo XIX, utilizando niños como tributo a entidades sobrenaturales, no hay registros que respalden estos eventos en el caso del Estadio Azteca.
La tradición oral señala que la creencia en enterrar a trabajadores en construcciones, conocida como “emparedar”, se remonta a la antigüedad, donde se pensaba que los huesos humanos brindaban fortaleza a las estructuras.
En el contexto mexicano, esta tradición se asocia con la aparición del diablo, a menudo personificado como el Charro Negro, quien, según la leyenda, demandaba sacrificios humanos para asegurar la durabilidad de las construcciones.
Esta historia ha sido vinculada a diversas construcciones en México, incluyendo el Estadio Azteca. La creencia popular sugería que las personas evitaban transitar por las cercanías durante la noche, temiendo ser enterradas vivas o emparedadas para sustentar la estructura con sus espíritus atrapados.
Es pertinente señalar que estas narrativas son mitos y leyendas, sin respaldo en prácticas contemporáneas de la industria de la construcción. La creencia en eventos sobrenaturales y pactos diabólicos durante la edificación de monumentos históricos forma parte del folclore arraigado en la rica tradición cultural de México.
La leyenda de realizar pactos diabólicos en la construcción de estructuras monumentales no es un fenómeno aislado en el Estadio Azteca, pues en diversas culturas, esta la idea de que el diablo se presenta al ingeniero o arquitecto para proponerle un trato: una vida a cambio de la durabilidad de la construcción. Si se rechaza el pacto, se dice que la cimentación caerá repetidamente.
Aunque estas historias a menudo carecen de fundamentos, han persistido en el tiempo como parte del folclore.