La captura de José Alberto García Vilano, conocido como La Kena, líder del Cártel del Golfo, marca un punto de inflexión notable en la lucha contra el narcotráfico durante el actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
García Vilano, considerado uno de los criminales más buscados, fue detenido el pasado 18 de enero por autoridades mexicanas en San Pedro Garza García, presuntamente identificado a través de tecnología de reconocimiento facial mientras se encontraba en un centro comercial.
La Kena o Ciclón 19 atrajo la atención internacional, convirtiéndose en un objetivo prioritario para Estados Unidos luego del secuestro y asesinato de dos ciudadanos afroamericanos y el rescate de otros dos en Matamoros, Tamaulipas —su área de operaciones— en marzo del último año.
Esto desencadenó una serie de eventos que culminaron en su arresto; entre ellos, la oferta de una recompensa de 2.5 millones de pesos por parte del gobierno de Tamaulipas, y 50 mil dólares ofrecidos por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
La captura, García Vilano, quien dejó un Reglamento de 19 valores a los integrantes del Grupo Escorpión, está considerada como una de las más significativas en los últimos tiempos.
Detrás de esta figura criminal, se revelan las brutales dinámicas dentro del Cártel del Golfo, desgarrado por luchas internas entre facciones como Los Ciclones, Los Escorpiones, Los Metros y Los Panteras. Las disputas entre estos grupos representan una muestra del caos y la violencia que azota la región.
De acuerdo con el periodista Óscar Balderas, quien cita fuentes del Ejército mexicano, bajo el mando de García Vilano habría entre 10,000 y 15,000 sicarios, ganándose el sobrenombre de “el verdadero gobernador de Tamaulipas” debido a su poder e influencia.
El periodista recordó que el pasado 4 de septiembre 2023, un operativo encabezado por la Marina en el fraccionamiento Valle de los Reyes en Matamoros, Tamaulipas, buscaba detener a La Kena durante el preámbulo del día. Sin embargo, el plan de captura fue interrumpido por una fuga cuidadosamente orquestada que involucró múltiples vehículos y tácticas de evasión, atribuidas a la planificación de militares desertores.
El fallido operativo concluyó con la muerte de cuatro presuntos miembros del cártel y la emisión de una alerta consular, pero sin lograr la detención del objetivo que también mantiene una pelea a muerte con células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que se aliaron con integrantes de los Zetas Vieja Escuela (ZVE) y la facción de Los Metros, los cuales buscaban quedarse con las plazas que domina el Grupo Escorpión, situación que ha desatado una feroz guerra en el estado de Tamaulipas que se detonó a principios del 2023 y que todavía se mantiene.
El desenlace de estos eventos refleja tanto la persistente presión de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) sobre México para capturar a narcotraficantes de alto perfil, como la compleja situación de seguridad pública que enfrenta el país, donde la detención de un líder de un cartel no garantiza la pacificación del estado ni de la nación.