Una de las problemáticas de vivir en las ciudades es que gracias al concreto y a que la mayoría de las construcciones tienen los mismos tonos, el panorama se “pinta” de gris (cabe aclarar que no está determinado como un color para algunos expertos en la materia).
Es por eso que con la llegada de la primavera aparece el color morado que destaca en medio de tanto gris y de algunos tonos verdes del resto de los árboles, y todo ello es gracias a la aparición de las flores conocidas como jacarandas, pero en realidad esto es algo bueno o no para el ecosistema de la Ciudad de México.
No sólo es que las jacarandas signifiquen una señal de alarma pues en el 2024 florecieron a destiempo pues comenzaron a aparecer en invierno lo cual tiene una connotación diferente a lo que se refiere este artículo, sino que también pudieran ser consideradas como unas “extranjeras”.
Pero por qué puede ser que se le denomine así. Resulta que las jacarandas están catalogadas como una especie invasora pues de acuerdo con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no son nativas de México, sino que su llegada a nuestro país se le atribuye a los migrantes y viajeros japoneses.
Según la máxima casa de estudios, se decidió sembrar el árbol de la jacaranda como un sustituto del árbol del cerezo, sumamente común en Japón y que debido a las condiciones meteorológicas no pudo crecer en la Ciudad de México, por lo que comenzó a ser plantado en parques y jardines de la capital mexicana.
Sin embargo, cabe aclarar que no siempre es necesario relacionar el término “especie invasora” con “destrucción del ecosistema” de manera absoluta, pues la jacaranda tiene algunas aportaciones positivas la ambiente las cuáles son:
En temporada de lluvias ayuda a evitar la erosión, cumple la función de regulador de la temperatura, además que ayuda a una amortiguación del sonido (que en la Ciudad de México la contaminación sonora está considerada como un problema), asimismo también ayuda de forma psicológica pues está comprobado que estar rodeado de plantas genera tranquilidad.
No obstante tiene un impacto negativo en el medio ambiente y el ecosistema de la capital mexicana al convivir con otros eslabones de la biodiversidad que componen la cadena dentro de “gran ciudad”.
Cuáles son los daños que causan las jacarandas en la CDMX
De acuerdo con los expertos de la UNAM las jacarandas causan daño porque se reproducen y dispersan sin ningún tipo de control, lo que daña a los organismos naturales de la zona, especialmente las plantas y árboles con las que comparte espacio geográfico.
Por si fuera poco también le quita un espacio a alguna especie nativa de nuestro país pues son árboles grandes, causando que cada vez exista una menor proporción para que crezcan encinos o laureles.
Si las problemáticas ambientales no fueran suficientes también podría causar daños en los cables de la infraestructura de distribución de la energía eléctrica maltratándolos e incluso afectando la estabilidad de los postes y generadores.
Como consecuencia es que los árboles de jacarandas sí se podrían considerar como una plaga en la Ciudad de México, porque, basándonos en la definición de este término, se refiere a una especie que causa daños en el ecosistema y se reproduce sin ningún tipo de control, características que definen con precisión a las jacarandas.