Este jueves 18 de enero terminan las precampañas de las y el aspirante a la presidencia de México en las elecciones del próximo 2 de junio. Claudia Sheinbaum, la aspirante presidencial del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados, tendrá el cierre de su campaña en uno de los recintos históricos más importantes de la Ciudad de México (CDMX): el Monumento a la Revolución.
Este importante y destacado recinto tiene una gran historia que comienza en el Porfiriato, cuando el presidente Porfirio Díaz gobernaba el país. Y es que fue él quien ordenó su construcción. Sin embargo, la idea no era que fuera un monumento como el que ahora conocemos, sino el nuevo Palacio Legislativo.
Lo que ahora se conoce como el Monumento a la Revolución, en realidad era la cúpula del Palacio Legislativo, sin embargo, con el inicio de la Revolución Mexicana, en 1910, se tuvo que detener la construcción y quedó solamente esa parte.
Historia del Monumento a la Revolución
Para conmemorar el Centenario de la Independencia de México, en 1910, Porfirio Díaz convocó a un concurso internacional para la construcción de uno de los más grandes y lujosos Palacios Legislativos del mundo. Fue Émile Bérnard, reconocido arquitecto francés, quien ganó la realización del proyecto.
El inicio de la Revolución Mexicana hizo que la obra quedara sin recursos, y en 1912 la obra fue suspendida, dejando abandonada su estructura metálica, que quedó expuesta por décadas. Al terminar la Revolución, Bérnard quiso rescatar su proyecto y presentó al gobierno de Álvaro Obregón la adaptación de la estructura en abandono para convertirla en un panteón para los héroes de la guerra, sin embargo, con la muerte del propio arquitecto y del entonces presidente mexicano, el proyecto volvió a quedar truncado.
Años después, el arquitecto Carlos Obregón Santacilia rescató la obra inconclusa de Bérnard, que tenía un gran valor arquitectónico.
¿Qué héroes de la Revolución descansan en el monumento?
En 1936 el Monumento a la Revolución se constituyó como un mausoleo y figuras importantes que representan ideales revolucionarios yacen en las criptas colocadas en la base de los cuatro pilares: Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles, Francisco Villa y Lázaro Cárdenas.
Se concluyó en 1938 y también fue concebido con un mirador público, que permaneció abierto por tres décadas.
Posteriormente, en 1970, el acceso al elevador del monumento quedó obstaculizado de forma permanente e irreversible, y el mirador público desierto. Sin embargo, para conmemorar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, la Plaza de la República fue remodelada, y el Monumento y Museo a la Revolución recuperados, remodelados y restaurados.