José Ortiz Muñoz, mejor conocidos como ‘El Sapo’, fue un peligroso asesino en serie que llamó la atención de diversos psiquiatras debido a la forma en la que cometía los crímenes, pues fueron más de 100 sus víctimas, a las cuales las atacaba sin motivo alguno.
Un especialista que se interesó en su caso, le diagnosticó con ‘el síndrome del pistolero’, una enfermedad mental demasiado extraña de la cual se desconoce si existan más personas con ese padecimiento.
Debido a sus rasgos físicos, fue que recibió el mote de ‘El Sapo’, al contar con unos prominentes labios, grandes mentones, su complexión física, así como su peculiar forma de caminar, pues siempre se le apreciaba encorvado.
“A mí me apodan el sapo por prieto, feo y matón, 99 cabezas les he mandado al panteón si conmigo, se hace el ciento resignado, estoy señor, aquí en las islas marías, todo el mundo me respeta, puede que sea por horror, que les causa mi careta a aquel que pelea conmigo, siempre la vida le cuesta, el sacerdote de aquí, se hizo mi más fiel amigo, me dijo sapo andas mal, ya salte del mal camino, que dios siempre nos perdona cuando nos arrepentimos”, comienza la melodía el ‘Rey del corrido’.
El caso de Ortiz Muñoz llamó la atención del cantante sinaloense Chalino Sánchez, quien le compuso un tema en el que relata algunas de las actividades, así como las consecuencias de sus actos que lo hicieron caer en prisión y en que recintos estuvo.
“Me hizo jurar ante cristo, jamás volver a matar y no pienso defraudarlo al crimen, no volveré, aquel machete manchado, al mar ya fui y lo tire, aquella alegre mañana el sapo venía contento, le brincan dos criminales de aquel monte tan espeso”, continúa la melodía de Chalino Sánchez.
Ortiz Muñoz nació en Durango durante la época posrevolucionaria y durante su juventud se enlistó en el segundo regimiento de caballería en Monterrey, ahí se dedicó a aprender en el uso de las armas, por lo que la violencia siempre estuvo de su lado desde pequeño.
Por ser el “consentido de la maestra”, desde niño asesinó a puñaladas a un compañero de clases, por lo que a temprana edad fue puesto tras las rejas, pero a sus 14 años quedó en libertad.
‘El Sapo’ tuvo un final en las Islas Marías, tal y como lo menciona Chalino Sánchez, donde fue sepultado junto a Juan Manuel Martínez, ‘El Padre Trampitas’, quien iba a ser asesinado por el protagonista, pero este se arrepintió y le pidió perdón, por lo que a partir de ese momento se volvió su amigo.
“Que me entierren con el sapo, se encuentran dos tumbas juntas, la del cura y la del sapo, se fue a llevárselo a dios, como cualquier abogado, por un lado, de su cliente, cuando están en el juzgado”, finalizó el corrido a cargo de Chalino.