¿Quién es el dueño de dulces De la Rosa que hace el mazapán y el pulparindo más famoso de México?

En el año 1942, en el corazón de México, Don Jesús Michel González y su familia emprendieron un viaje culinario que se convertiría en una auténtica tradición confitera. La historia comenzó en su hogar, donde dieron inicio a la elaboración artesanal de dulces.

Esta pasión por la perfección y el amor por la confitería ha llevado a Dulces de la Rosa a convertirse en un referente en la industria, marcando 80 años de innovación continua.

Don Jesús Michel González, con su experiencia previa trabajando en una farmacéutica, aplicó sus conocimientos para crear fórmulas únicas. Así nació Conitas, el primer mazapán de cacahuate. “El mazapán es un dulce para el pueblo, y el pueblo fue el que le puso el nombre”, se destaca las palabras del fundador de esta icónica marca en su página web.

La empresa se estableció en Tlajomulco en 1969, actualmente la nave cuenta con más de 100 mil metros de superficie, donde se subdividen más de 30 pequeñas “fábricas” donde se fabrican los malvaviscos, gomitas, caramelos, chocolates y cacahuates japoneses.

Otras plantas de producción estratégicamente ubicadas en San Sebastián donde se realizan caramelos duros y paletas; la tercer planta, en Guadalajara, ahí se desarrolla los caramelos suaves, paletas de caramelo y las variedades del Pulparindo.

Desde sus humildes comienzos, la marca ha evolucionado y diversificado su oferta. Hoy en día, el catálogo de productos de Dulces de la Rosa incluye golosinas, botanas, chocolates, chicles y dulces de alta confitería. Siempre comprometidos con la mejor calidad y precios accesibles, la empresa ha logrado conquistar el paladar de sus clientes en todo México.

Tras el fallecimiento de su fundador en 1984, la empresa pasó a manos de los hijos concebidos junto a su esposa, Elvira Velasco Rolón. Como resultado, la compañía adquirió un carácter profundamente familiar. Actualmente, el cargo de director general y socio recae en Enrique Michel Velasco, quien ocupa el séptimo lugar entre los 13 hermanos, evidenciando así la gestión continuada de la familia en el liderazgo de la empresa.

La expansión de Dulces de la Rosa trasciende fronteras, con presencia en Estados Unidos, Canadá, Centroamérica, Europa y Medio Oriente. Sus exportaciones han llevado el auténtico sabor mexicano a rincones lejanos, consolidando la marca como un embajador dulce de la cultura mexicana en el mundo.

Dulces de la Rosa ha logrado mantener altos estándares de calidad y eficiencia en la fabricación de sus productos. Más de 2 mil 500 empleados forman parte de esta gran familia confitera, contribuyendo día a día al éxito y crecimiento de la empresa.

La empresa Euromonitor, destacó que la empresa nacida en el estado de Jalisco tiene el sexto lugar en el sector de dulces y confitería; lo que rondaría el 4.3%, lo que representa un monto de mil 600 millones de dólares. Además la empresa, tiene ingresos anuales estimados en más de mil 300 millones de pesos.

Este posicionamiento destaca la relevancia y presencia significativa de Dulces De la Rosa en la industria, consolidándose como un actor clave en el ámbito de los dulces y confitería en el país.

El mazapán Conitas, que inició este dulce viaje, sigue siendo un emblema de la marca. La autenticidad y el sabor inconfundible de este producto han conquistado generaciones y se han convertido en parte de la identidad de Dulces de la Rosa.

El espíritu emprendedor y la dedicación a la excelencia han permitido a esta empresa familiar no solo mantenerse en el mercado durante ocho décadas, sino también liderar la industria confitera. Dulces de la Rosa no solo ofrece productos, sino una experiencia que invita a los clientes a saborear la vida con ellos.

En un mundo donde la competencia es feroz, la historia de Dulces de la Rosa es un testimonio de perseverancia, pasión y compromiso con la calidad. Ocho décadas después, la tradición continúa, y Dulces de la Rosa sigue endulzando la vida de millones alrededor del mundo.