Los cambios comerciales y el crecimiento urbano del Valle de México en los últimos 30 años han sido notorios, desde la desparición del famoso Toreo de 4 Caminos hasta la construcción del Segundo piso de Periférico, también hay obras que siguen de pie a pesar del tiempo.
Una de ellas, enclavado en la avenida Lomas Verdes, en el municipio de Naucalpan, Estado de México, el antiguo centro comercial Acrópolis, que alguna vez fue un bullicioso bazar de dos pisos con alrededor de 500 locales comerciales, hoy yace como un monumento olvidado.
Esta obra que hoy parece como una locación salida de un cuento de terror, cuenta la historia de los estragos económicos y las transformaciones comerciales que trajo consigo el Tratado de Libre Comercio (TLC) en 1994, se dice que fue uno de los factores de su quiebra y posterior abandono, aunque otros señalan que se usaba para hacer lavado de dinero, aunque no se sabe realmente la causó de su cierre.
Inaugurado en 1990 con grandes expectativas, Acrópolis no pudo resistir las turbulencias económicas y la competencia internacional que siguieron a la implementación del TLC. Cuatro años después de su apertura, cerró sus puertas de manera definitiva, dejando tras de sí un espacio que ahora se erige como una obra maestra decadente.
Este antiguo emporio comercial, que una vez resonó con la actividad comercial y el bullicio de los visitantes, ahora se encuentra bajo restricción federal, rodeado por grafitis que decoran sus muros y el paso del tiempo que ha dejado su huella en cada rincón.
La atmósfera, más que desoladora, adquiere una cualidad apocalíptica que transporta a los visitantes a un escenario digno de una película de terror.
¿Se puede visitar este lugar?
Acceder a Acrópolis no es tarea fácil, ya que se encuentra celosamente resguardado por vigilantes y un perímetro vallado aunque ya refleja cierto desgaste.
Aunque suene paradójico, la mejor manera de visitarlo es coordinándose con la administración para alquilarlo como locación, un destino que han seguido figuras como Café Tacuba en su video musical “Quiero ver” en 2009.
Aunque autoridades municipales han señalado que le predio es privado, po lo cual el acceso està restringuido.
Durante la temporada de lluvias, el antiguo bazar se transforma en un espejo de agua, reflejando la estrella del techo en el suelo inundado.
La degradación del edificio, aunque desalentadora en términos de conservación, ha conferido a Acrópolis una belleza apocalíptica que despierta la curiosidad y la admiración de aquellos que se aventuran a explorar sus ruinas.
Curiosamente, Acrópolis comparte su colina con otra estructura que le hace contraste: La Cúspide Sky Mall. Este centro comercial reluciente, ubicado al lado de la ruina abandonada, sirve como un marcado diferencia entre el pasado y el presente, ofreciendo una vista panorámica de Lomas Verdes, Satélite, Boulevares, Echegaray y parte de la Ciudad de México a la distancia.
El destino incierto de Acrópolis invita a la reflexión sobre el cambio económico, la evolución comercial y la inevitable transformación del paisaje urbano.
Este antiguo testigo comercial, aunque relegado al abandono, sigue contando una historia silente que resuena en cada rincón deteriorado de sus instalaciones, recordando a los transeúntes que el progreso a menudo va de la mano con la decadencia.