Junto a decenas de niños ilusionados por la pavimentación de ocho calles de Reynosa, Tamaulipas, el exgobernador Egidio Torre Cantú inauguró la Calle Juan N. Guerra, en “honor” al legendario narco que fundó el Cártel del Golfo y traficó toneladas de drogas hacia Estados Unidos.
La calle se encuentra ubicada en la colonia popular Reserva Territorial Campestre a unos pasos de la frontera entre México y Estados Unidos, y que en el conjunto inaugurado por Torre Cantú en junio de 2015 le costaron al erario público 8 millones 584 mil 97 pesos de inversión; “Se sacaron un 10 y súmenle 10 millones más para ustedes”, lanzó el eufórico gobernador a los niños y pobladores que lo acompañaron a la inauguración y homenaje a la narcocultura.
No está de más recordar que Juan Nepomuceno Guerra comenzó a traficar alcohol (whisky) a Estados Unidos desde la década de 1930 a través de la frontera entre Tamaulipas y Texas, pero con el paso del tiempo el negocio se mudó al trasiego de cocaína procedente de Colombia; años más tarde el poder de la organización criminal que lideraba la ruta del Golfo de México pasó a su sobrino, Juan García Ábrego, con quien se ganaría el nombre de Cártel.
La figura de Juan N. Guerra llegó a convertirse en casi una leyenda entre el crimen organizado al presumirse su relación con Alphonse Gabriel Capone, el gángster de origen italiano que se convirtió en una de las figuras más importantes de la mafia norteamericana durante la prohibición de alcohol entre 1920 y 1933, época que el fundador del Cártel del Golfo aprovechó para satisfacer el mercado a través del tráfico de bebidas que cruzaban a diario el Río Bravo.
El crimen que lo llevó a la gubernatura de Tamaulipas
El 28 de junio de 2010 una pipa le cerró el paso a la camioneta en que viajaba Rodolfo Torre Cantú, el diputado Enrique Blackmore y tres guardia de seguridad; hombres vestidos con uniformes de la “Marina” les indicaron que bajaran del vehículo sólo para asesinarlos en el acotamiento de la carretera rumbo a la ciudad de Matamoros.
Torre Cantú era abanderado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y todos los pronósticos indicaban que ganaría las elecciones para el periodo 2011-2016; sin embargo, la violencia que ya se sentía en todo el estado y que un mes más tarde provocaría la masacre de 72 migrantes en San Fernando le arrebató la vida.
Seis meses después del crimen, Egidio Torre Cantú llamaba a los habitantes de Tamaulipas a apoyarlo para convertir al estado en el mejor lugar para invertir y visitar, “pero sobre todo el mejor lugar para vivir”. Era el 1 de enero de 2011 y el hermano de el Doctor -así le decían a Rodolfo- tomaba posesión como Gobernador de Tamaulipas.
No está claro si el ex gobernador cumplió su promesa de enviarles otros 10 millones de pesos a los vecinos de Juan N. Guerra; empero, un informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sí evidenció que en el periodo de 2014 a 2021, bajo las administraciones de Torre Cantú y Francisco García Cabeza de Vaca, se registraron anomalías por 4 mil 741 millones de pesos al erario público.
En 2020 la Unidad de Inteligencia Financiera de Tamaulipas detectó una red de 52 empresas fantasma que dañaron por 2 mil millones de pesos a la finanzas públicas del estado y que alcanzó al ex secretario de finanzas del gobernador Torre Cantú; tres años más tarde los señalamientos por desvío de recursos públicos volvieron a ponerlo en la mira por el “desorden financiero” al sistema de pensiones que se desató durante su sexenio.
De acuerdo con el actual secretario de Administración de Tamaulipas, Jesús Lavín Verástegui, durante 12 años existió una mala administración y “no se entregaron las aportaciones”, lo que llevó al estado a no garantizar su derecho a cerca de 10 mil pensionados. Una situación que inició con Torre Cantú, recalcó, el ex gobernador que en 2015 decidió homenajear a uno de los narcos más importantes en la historia criminal de México.