La miel, con sus propiedades hidratantes y antioxidantes, ha cobrado fama como un complemento en rutinas de cuidado de la piel. Los estudios indican que la miel puede ayudar en la retención de humedad y en la lucha contra los radicales libres, que son responsables del envejecimiento prematuro de la piel.
Y es que además de saludable, este alimento también contiene sustancias que pueden tener efectos beneficiosos en la firmeza de la piel, debido a que los azúcares naturales presentes en ella atraen la humedad y ayudan a mantenerla, lo que resulta en un cutis más hidratado, mientras que sus propiedades antioxidantes combaten el daño celular.
Pero, además de todos los beneficios mencionados anteriormente, otra de sus grandes cualidades para la salud de la piel es su capacidad para ayudarla a producir colágeno puro, un elemento que sabemos, es vital para la elasticidad y juventud de este, el mayor órgano del cuerpo.
Si bien con la edad, la producción de colágeno disminuye, llevando a la pérdida de firmeza y la aparición de arrugas, lo cierto es que existen remedios naturales que podemos usar para retrasar este efecto, tal como es el caso del uso de mascarillas caseras, en este caso, una elaborada a partir de miel.
Cabe mencionar que además de ayudar a producir colágeno, el uso de la miel puede servir como un agente humectante que prepara la piel para absorber mejor otros productos, como tus cremas y sueros hidratantes, maximizando así su efectividad.
Es por eso que aquí te dejamos el método para elaborar esta mascarilla.
Pasos para preparar la mascarilla de miel
-Para elaborar esta mascarilla te recomendamos que optes por la miel cruda y no procesada debido a que la procesada puede incluir ingredientes o compuestos que pueden tener el efecto contrario o debido a que carece de los nutrientes necesarios para el beneficio que buscamos. La miel cruda contiene enzimas y antioxidantes que pueden contribuir a la salud de la piel.
-Para su preparación mezcla una cucharada de miel cruda con una cucharada de yogur natural ya que este otro ingrediente permitirá que la miel sea más manejable (menos pegajosa) pero, además, proporcionará una dosis de ácido láctico, otro ingrediente que contribuye a exfoliar suavemente la piel. La combinación de ambas aportará propiedades humectantes y estimulará la producción de colágeno.
-Antes de aplicarla recuerda hacer una limpieza profunda a tu rostro para posteriormente aplicar la mascarilla uniformemente. Una vez aplicada permite que actúe durante 20 minutos con el objetivo de que los nutrientes de la miel penetren en la piel y, desde dentro, promuevan la producción del colágeno.
-Por último retira la mascarilla y una vez que no quede ningún rastro termina la rutina con un suave masaje facial con movimientos ascendentes. Esto estimulará la circulación sanguínea y puede ayudar a tonificar y fortalecer los músculos faciales.
Debido a lo potente de sus nutrientes no es necesario realizar esta rutina diario, sino que se recomienda hacerla entre dos y tres veces por semana para mejores resultados. Algunas personas también añaden el uso de avena, la cual ayuda a reducir la producción de grasa, en caso de que sufras de piel grasosa.
Recuerda que antes de aplicarla por primera vez coloques un poco de la mascarilla en una zona pequeña de tu piel para asegurarte de que el ingrediente no te cause alguna reacción alérgica. Si notas que se enrojece y causa comezón mejor consulta con un especialista.